La ansiedad posparto, la prima pequeña de la depresión posparto
La depresión dificulta el afrontamiento y la gestión del día a día, en cualquier momento de la vida. Si se tienen en cuenta, por tanto, las exigencias adicionales que supone el cuidado de un bebé y/o de otras personas, el impacto puede ser mayor. Estas otras exigencias también pueden hacer que a veces sea difícil encontrar la energía y la fuerza necesarias para superar la depresión posparto por sí sola.
Tuve un buen bebé, así que pensé que no debería tener depresión postnatal, pero los síntomas eran abrumadores, puedo recordar que me sentía avergonzada por mi incapacidad para ducharme y bañar al bebé todos los días, y esto me impedía ser social, nunca pedía a nadie que me visitara. Vivíamos en otro estado de nuestras familias, así que sabía que no nos visitarían, por lo que estaba a salvo.
Estos síntomas de la depresión postnatal pueden desarrollarse gradualmente o en un corto período de tiempo. En algunas mujeres, la depresión puede desarrollarse durante el embarazo (depresión prenatal) y continuar hasta el periodo postnatal (depresión postnatal), mientras que en otras la depresión postnatal se desarrollará por primera vez en las semanas o meses posteriores al nacimiento del bebé.
Depresión postnatal (PPD): Un sketch
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Después de la llegada del bebé, muchos padres primerizos se sienten simplemente aliviados por haberlo superado. Sin embargo, las madres pueden no estar preparadas para afrontar uno de sus mayores retos potenciales: cómo gestionar la depresión y/o la ansiedad posparto.
Las clases de preparación al parto suelen limitar el debate sobre el posparto a la recuperación física de la madre y al cuidado del bebé. Rara vez los padres tienen la oportunidad de prepararse para una montaña rusa emocional como ésta.
Hasta el 80% de las madres primerizas experimentan tristeza posparto o baby blues. Los síntomas suelen empezar dos días después del parto, cuando las hormonas del embarazo bajan de golpe y las madres se adaptan a cuidar de un nuevo bebé con exigencias constantes. La mayoría de las madres tienen períodos de euforia y alegría, seguidos de abatimiento y depresión. Estos drásticos cambios de humor son mucho más fáciles de manejar si se sabe que se basan en cambios hormonales y en la fatiga. Pero algunas madres pueden pensar que tener síntomas significa que no son buenas madres o que no deberían haber sido madres.
Depresión Postparto Masculina | Universidad de Papá
Se supone que dar la bienvenida a un nuevo bebé es uno de los momentos más alegres en la vida de una madre. Pero algunas madres se enfrentan a una realidad que difiere drásticamente de la versión idealizada de la maternidad. De hecho, es habitual que los nuevos padres experimenten una serie de emociones abrumadoras que les hacen sentirse agotados y deprimidos.
“Es comprensible que las nuevas madres se sientan así”, dice el doctor Deval Zaveri, director del Programa de Salud Mental de la Mujer en Sheppard Pratt. “De repente, a las madres se les impone la responsabilidad de cuidar a un recién nacido, lo que interrumpe su sueño, reduce el tiempo que tienen para los hábitos de autocuidado y puede incluso añadir estrés a su relación de pareja”. El agotamiento y la falta de sueño, además de los cambios hormonales del embarazo y el parto, pueden afectar al estado de ánimo de la nueva mamá”.
Es habitual que las nuevas madres experimenten sentimientos de tristeza, irritabilidad, ansiedad, inadecuación y dudas cuando se trata de cuidar a los recién nacidos. Casi el 85 por ciento de las nuevas madres sufren de tristeza posparto, comúnmente conocida como “baby blues”. Afortunadamente, para la mayoría de las mujeres, estos sentimientos desaparecen gradualmente en las dos semanas siguientes al parto. Pero para algunas madres, estos sentimientos persisten. Pueden estar experimentando algo más serio: la depresión posparto.
5 pasos para superar la depresión posparto de forma natural
Tras el parto, muchas madres pasan por la “melancolía del bebé”, una condición médica cuyo término técnico es depresión posparto. En Kosovo, donde las enfermedades mentales están muy estigmatizadas y mucha gente carece de información sanitaria vital, la depresión posparto suele pasar desapercibida y no recibir tratamiento. En medio de esta realidad, las visitas domiciliarias -mediante consultas y exámenes sistemáticos- están surgiendo como una empresa fundamental para identificar y tratar a las madres con esta enfermedad.
Hace unos meses, la enfermera jefe del principal centro de salud familiar de Prizren, Neime Shehini, junto con otra enfermera, se dirigió al terreno para realizar una visita domiciliaria a una madre que había dado a luz recientemente.
“La llevamos al centro, donde los médicos la examinaron y le recetaron medicamentos para tratar la hipertensión y el edema. Pero sabía que para aliviar y superar la depresión posparto iban a ser necesarias varias visitas, con una comunicación sincera, recíproca y respetuosa.”
Efectivamente, Neime y otras enfermeras realizaron visitas a domicilio durante 10 días seguidos, evaluando cada día el estado y los progresos de la joven madre. El proceso, que duró 10 días, contribuyó a reducir significativamente el estrés de los padres, la depresión materna y la ansiedad.