Tripofobia
Laura Dorwart es una periodista especializada en los derechos de los discapacitados, la salud mental y las enfermedades relacionadas con el embarazo. Ha escrito para publicaciones como SELF, The New York Times, VICE y The Guardian.
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Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad que provoca un miedo excesivo, marcado e irracional a un objeto o situación específicos. Una persona con una fobia puede tener miedo a ciertas personas, animales, objetos, lugares, situaciones, actividades o interacciones.
Los síntomas más comunes de las fobias son la falta de aire, el pánico, la aceleración del ritmo cardíaco, los temblores y la necesidad de huir. Cuando las personas llegan a extremos para evitar lo que les produce miedo, su funcionamiento diario en el trabajo, la escuela y las relaciones puede verse afectado.
Lista de fobias de la a a la z
¿Le asfixia el espacio cerrado o le interrumpe siempre el miedo a caerse del borde? Pues déjanos decirte que esas fobias son bastante comunes y que no tienes que tener miedo a ninguna de ellas. Hablando de ello, la fobia es un tipo de trastorno psicológico que es más común entre las mujeres y el segundo más común entre los hombres, según la Asociación Americana de Psiquiatría.
La fobia o el miedo a algo suele surgir durante la infancia, pero puede prolongarse incluso durante la edad adulta. Aparte de las fobias más comunes que experimenta entre el 9% y el 18% de la población estadounidense, hay otros numerosos tipos en la lista que responden en forma de aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, mareos, temblores, sensación de malestar, etc.
Estos diferentes tipos de fobias se desarrollan bien por teorías de comportamiento o por una experiencia horrible e inolvidable. A veces estas fobias son incluso genéticas. Pero el lado bueno es que las fobias son tratables y pueden curarse con la teoría cognitivo-conductual y los medicamentos adecuados prescritos por los médicos.
Fobias divertidas
Miedo generalizado a salir de casa o de una zona pequeña y familiar “segura”, y a los posibles ataques de pánico que puedan producirse. La agorafobia también puede estar causada por diversas fobias específicas, como el miedo a los espacios abiertos, la vergüenza social (agorafobia social), el miedo a la contaminación (miedo a los gérmenes, posiblemente complicado por un trastorno obsesivo-compulsivo) o el TEPT (trastorno de estrés postraumático) relacionado con un trauma ocurrido fuera de casa.
Agorafobia – La agorafobia es un trastorno de ansiedad, a menudo precipitado por el miedo a tener un ataque de pánico en un entorno del que no hay medios fáciles de escapar. Como resultado, los que padecen agorafobia pueden evitar los lugares públicos y/o desconocidos. La agorafobia surge de una condición de ansiedad interna que se ha vuelto tan intensa que el individuo que la padece teme ir a cualquier lugar o hacer cualquier cosa en la que estos sentimientos de pánico se hayan producido repetidamente antes. La agorafobia puede aparecer de forma repentina o desarrollarse gradualmente, y suele aparecer entre los 18 y los 35 años. Los síntomas incluyen: fuertes sentimientos de pánico, temor, terror y horror, reconociendo que la ansiedad es exagerada, pero sin poder “hablar de ello”, latidos rápidos del corazón, falta de aliento, temblores y un impulso abrumador de huir de la situación, todas las reacciones físicas asociadas con el miedo extremo, haciendo todo lo posible para evitar la situación que causa el miedo.
Fobofobia
La tafofobia es el miedo a ser enterrado vivo. Las investigaciones sugieren que surgió (y probablemente alcanzó su punto álgido) durante el siglo XVIII, en una época en la que la peste estaba muy extendida y la gente temía que los médicos o los profesionales de la medicina los declararan muertos por error. La tafofobia era un fenómeno tan extendido que existían “ataúdes de seguridad” y los cadáveres solían almacenarse durante mucho tiempo antes de ser enterrados para asegurarse de que no se despertaran.
La eisoptrofobia es el miedo a los espejos o, más concretamente, a ver el propio reflejo en un espejo. Mirarse en un espejo puede causar a las personas con eisoptrofobia vergüenza o angustia, y puede conducir a la depresión, según un estudio de caso de 2014 que detalla la lucha de una mujer de 55 años con esta fobia durante 30 años.
La ombrofobia es el miedo a la lluvia. Forma parte de una categoría que los investigadores denominan “fobias al entorno natural”, que también incluye los huracanes (lilapsofobia), la nieve (cionofobia), el frío (criofobia) y el viento (ancrafobia). Las personas con estas fobias pueden ser más propensas a tener algún tipo de educación formal relacionada con la meteorología, lo que las dota de “una mayor comprensión de los peligros potenciales asociados al mal tiempo”, según los autores de un estudio reciente.