Miedo a estar solo
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La autofobia, también llamada monofobia, aislafobia o eremofobia, es la fobia específica al aislamiento; un miedo morboso a ser egoísta, o un temor a estar solo o aislado[1] Los que padecen esta condición no necesitan estar físicamente solos, sino simplemente creer que son ignorados o no queridos. En contra de lo que podría deducirse de una lectura literal del término, la autofobia no describe un “miedo a uno mismo”[2] ni es el miedo a los automóviles (a pesar de que varias culturas abrevian automóvil a “auto”). Normalmente se desarrolla a partir de otros trastornos de ansiedad y se asocia a ellos[3].
La autofobia puede estar asociada o acompañada de otras fobias, como la agorafobia, y generalmente se considera parte del grupo agorafóbico, lo que significa que tiene muchas de las mismas características que ciertos trastornos de ansiedad y de hiperventilación. La principal preocupación de las personas con fobias del clúster agorafóbico es su capacidad para obtener ayuda en caso de emergencia. Esto hace que a menudo tengan miedo a salir en público, a que les sorprendan las multitudes, a estar solos o a quedarse tirados[4].
Tripofobia
Definición: Una fobia se define como un miedo irracional e intenso a un objeto o situación específica. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, aproximadamente el 8,7% de las personas, es decir, unos 19,2 millones de adultos estadounidenses, padecen una o más fobias específicas. La lista completa de fobias es casi ilimitada y consiste en cualquier cosa que alguien pueda temer. La gravedad de las fobias varía de una persona a otra. Algunas personas son capaces de controlar sus síntomas y enfrentarse al objeto temido, a menudo con una gran sensación de terror. Otras están motivadas por la fobia para evitar la situación temida, a veces con un gran coste personal.
Terror: Un miedo persistente y abrumador al objeto o situación. Síntomas físicos: Mareos, temblores, palpitaciones. Pensamientos obsesivos: Dificultad para pensar en otra cosa que no sea el miedo. Deseo de huir: Un intenso instinto de abandonar la situación. Ansiedad anticipatoria: Preocupación persistente por los acontecimientos que se avecinan y que tienen que ver con el objeto o la situación fóbica.
La asistencia a clínicas de fobia y grupos de apoyo también ha ayudado a muchas personas a superar sus miedos. Además, la medicación puede ayudar a algunas personas a superar su fobia, pero no suele utilizarse en el tratamiento inicial. Algunos medicamentos pueden provocar ansiedad, por lo que deben utilizarse con cuidado junto con la terapia.
Lista de fobias
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Si ya tiene una fobia establecida, puede tener un mayor riesgo de desarrollar fobofobia. Esto se debe a que un síntoma común de cualquier fobia es la ansiedad anticipatoria, que provoca un aumento del miedo en el tiempo que precede a una confrontación planificada con el objeto del miedo.
Es posible desarrollar una fobofobia incluso si nunca se ha tenido una fobia real. Por ejemplo, puede preocuparle que desarrolle una fobia a algo que le gusta, o que desarrolle una reacción fóbica que limite sus actividades diarias.
La fobia es interesante porque es uno de los únicos miedos que se autocumplen. Mientras que el miedo al cáncer (carcinofobia) no aumenta las probabilidades de desarrollarlo, el miedo a las fobias puede conducir a una fobia.
Miedo a la oscuridad
Evitar los miedos sólo los hace más temibles. Sea cual sea tu miedo, si te enfrentas a él, debería empezar a desaparecer. Si un día tienes pánico a entrar en un ascensor, por ejemplo, lo mejor es que vuelvas a entrar en él al día siguiente.
Trata de imaginar lo peor que puede pasar: tal vez sea entrar en pánico y tener un ataque al corazón. Después, intenta pensar en que te va a dar un ataque al corazón. No es posible. El miedo huirá cuanto más lo persigas.
A veces ayuda desafiar los pensamientos de miedo. Por ejemplo, si tienes miedo de quedarte atrapado en un ascensor y asfixiarte, pregúntate si alguna vez has oído que esto le haya ocurrido a alguien. Pregúntate qué le dirías a un amigo que tuviera un miedo similar.
Tómate un momento para cerrar los ojos e imaginar un lugar seguro y tranquilo. Puede ser una imagen de ti paseando por una bonita playa, o acurrucado en la cama con el gato a tu lado, o un recuerdo feliz de la infancia. Deja que los sentimientos positivos te tranquilicen hasta que te sientas más relajado.
También puede probar un enfoque de terapia cognitivo-conductual por teléfono, con un servicio como NHS Living Life. Si quiere saber más sobre este servicio con cita previa, puede visitar la página web de Living Life o llamar al 0800 328 9655 (de lunes a viernes, de 13 a 21 horas).