Fobia a las arañas
La claustrofobia es un tipo de agorafobia. A las personas con agorafobia les preocupan las situaciones en las que no hay una forma fácil de escapar o de conseguir ayuda si se ponen muy ansiosos. Otros tipos de agorafobia son el miedo al transporte público, a los espacios abiertos, a las multitudes y a estar solo en el exterior.
La claustrofobia puede hacer que las personas se sientan muy incómodas y ansiosas en espacios cerrados. Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores y pueden ser tan intensos que una persona puede intentar evitar las situaciones en las que se ha producido un ataque.
Las personas con claustrofobia pueden cambiar su comportamiento y sus rutinas por el miedo a sufrir un ataque de pánico. En casos graves, algunas personas pueden sentirse incapaces de salir de casa. Si esto ocurre, busque ayuda.
Si le han diagnosticado una forma de ansiedad, como la claustrofobia, su médico puede aconsejarle que pruebe primero un tratamiento psicológico (terapias de conversación), como la terapia cognitiva conductual (TCC).
El Trastorno de Ansiedad Social (TAS) es una forma de ansiedad que se produce en determinadas situaciones sociales (por ejemplo, hablar en público o conocer a gente nueva) y que puede llevar a las personas a evitar esas situaciones sociales. Más información sobre el TAS y las opciones de tratamiento
Glosofobia
Una fobia es un miedo incontrolable, irracional y duradero a un determinado objeto, situación o actividad. Este miedo puede ser tan abrumador que una persona puede hacer todo lo posible para evitar la fuente de este miedo. Una respuesta puede ser un ataque de pánico. Se trata de un miedo repentino e intenso que dura varios minutos. Ocurre cuando no hay ningún peligro real.
Alrededor de 19 millones de estadounidenses tienen una o más fobias que van de leves a graves. Las fobias pueden aparecer en la primera infancia. Pero suelen aparecer por primera vez entre los 15 y los 20 años. Afectan por igual a hombres y mujeres. Pero los hombres son más propensos a buscar tratamiento para las fobias.
Las investigaciones sugieren que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al inicio de las fobias. Algunas fobias se han relacionado con un primer encuentro muy malo con el objeto o la situación temida. Los expertos en salud mental no saben si este primer encuentro es necesario o si las fobias simplemente se producen en personas propensas a tenerlas.
Las personas con fobia específica saben que su miedo es extremo. Pero no pueden superarlo. El problema se diagnostica sólo cuando el miedo específico interfiere en las actividades diarias de la escuela, el trabajo o la vida doméstica.
Fobia a la pérdida
La claustrofobia sigue siendo una fobia muy conocida tanto por los académicos como por los profanos. La palabra suele evocar la imagen de un individuo acosado por la ansiedad y el miedo en un espacio cerrado o en una zona abarrotada de gente, o al acercarse a ellos. Aunque la claustrofobia es funcionalmente similar a la agorafobia, los individuos con la primera condición se caracterizan por una evitación más limitada. Estos mismos individuos también experimentarán ciertas sensaciones corporales que podrían observarse en aquellos con trastorno de pánico.
La claustrofobia es, de hecho, única dentro del grupo de clasificación de las fobias específicas. Por esta razón, en el artículo de hoy, revisaremos algunas facetas principales de esta fobia y delinearemos todas las opciones de tratamiento actuales y futuras disponibles.
La claustrofobia es una condición que afecta a muchas personas en todo el mundo. Los individuos con claustrofobia suelen evitar los espacios cerrados, como los ascensores o los aseos públicos, y las zonas concurridas. Curiosamente, evitar estos lugares podría exacerbar el miedo.
Cuando los individuos experimentan claustrofobia, pueden experimentar una ansiedad leve. En los casos más graves, puede producirse un ataque de pánico. El miedo asociado a la claustrofobia no es al área confinada en sí misma, sino a la impresión de que puede producirse una pérdida de control parcial o total.
Cleitrofobia
La claustrofobia suele definirse como el miedo irracional a los espacios cerrados. Puede ser racional tener miedo a estar atrapado cuando existe una amenaza real. Sin embargo, en la claustrofobia, las personas experimentan miedo incluso cuando no existe un peligro obvio o real en una situación concreta. Las personas que padecen claustrofobia suelen evitar los espacios cerrados, como ascensores, túneles, trenes subterráneos, puertas giratorias, aseos públicos y escáneres de resonancia magnética. A algunas personas incluso no les gusta llevar cascos de seguridad. Por desgracia, la evitación puede reforzar el miedo.
La claustrofobia puede surgir de un trauma puntual a cualquier edad, desarrollarse en la infancia (por ejemplo, al crecer con uno o más padres claustrofóbicos) o surgir a medida que la persona envejece. Alrededor del 10% de la población puede sufrir claustrofobia a lo largo de su vida.