Fobias raras
Probablemente sentirías un poco de miedo y pánico si vieras una gran araña peluda trepando por tu pared o te tambalearías si estuvieras de pie en una cornisa alta. Pero esto no significa necesariamente que tengas una fobia a las arañas o a las alturas.
Fobias como el miedo a las alturas (acrofobia), el miedo a volar (aviofobia), el miedo a los espacios cerrados (claustrofobia), el miedo a las arañas (aracnofobia), el miedo a las serpientes (ofidiofobia), el miedo a los perros (cinofobia), el miedo a las agujas (tripanofobia) y el miedo a los gérmenes (misofobia) son bastante comunes.
Alfred Hitchcock también vivía con miedo a los huevos (ovofobia). La gente que trabajaba con él afirmaba que romper un huevo le producía arcadas, y una vez le dijo a un periodista “¿ha visto usted alguna vez algo más repugnante que una yema de huevo rompiéndose y derramando su líquido amarillo?”
A veces, un acontecimiento traumático puede provocar uno, como estar a punto de caer de una cornisa alta. También pueden ser aprendidos, como el miedo a volar que se adquiere al escuchar a un padre jurar que no volverá a volar después de una mala experiencia.
Androfobia
Una fobia es un miedo incontrolable, irracional y duradero a un determinado objeto, situación o actividad. Este miedo puede ser tan abrumador que una persona puede hacer todo lo posible para evitar la fuente de este miedo. Una respuesta puede ser un ataque de pánico. Se trata de un miedo repentino e intenso que dura varios minutos. Ocurre cuando no hay ningún peligro real.
Alrededor de 19 millones de estadounidenses tienen una o más fobias que van de leves a graves. Las fobias pueden aparecer en la primera infancia. Pero suelen aparecer por primera vez entre los 15 y los 20 años. Afectan por igual a hombres y mujeres. Pero los hombres son más propensos a buscar tratamiento para las fobias.
Las investigaciones sugieren que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al inicio de las fobias. Algunas fobias se han relacionado con un primer encuentro muy malo con el objeto o la situación temida. Los expertos en salud mental no saben si este primer encuentro es necesario o si las fobias simplemente se producen en personas propensas a tenerlas.
Las personas con fobia específica saben que su miedo es extremo. Pero no pueden superarlo. El problema se diagnostica sólo cuando el miedo específico interfiere en las actividades diarias de la escuela, el trabajo o la vida doméstica.
Fobias más comunes
Laura Dorwart es una periodista especializada en derechos de los discapacitados, salud mental y enfermedades relacionadas con el embarazo. Ha escrito para publicaciones como SELF, The New York Times, VICE y The Guardian.
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Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad que provoca un miedo excesivo, marcado e irracional a un objeto o situación específicos. Una persona con una fobia puede tener miedo a ciertas personas, animales, objetos, lugares, situaciones, actividades o interacciones.
Los síntomas más comunes de las fobias son la falta de aire, el pánico, la aceleración del ritmo cardíaco, los temblores y la necesidad de huir. Cuando las personas llegan a extremos para evitar lo que les produce miedo, su funcionamiento diario en el trabajo, la escuela y las relaciones puede verse afectado.
Test de fobia
Los miedos a ciertas actividades, situaciones, animales o determinados objetos no son infrecuentes. Muchas personas sienten ansiedad cuando se enfrentan a algo que les asusta, como una araña, las alturas o viajar en avión. El miedo es una respuesta completamente normal ante una situación que puede suponer una amenaza para su seguridad. Sin embargo, algunas personas pueden reaccionar ante ciertas cosas exagerando irracionalmente el peligro que corren. La sensación de pánico o terror que se siente puede ser desproporcionada con respecto a la amenaza real. A veces, incluso el hecho de pensar en la situación o cosa temida o de verla en la televisión puede ser suficiente para desencadenar una fuerte respuesta de miedo. Este tipo de reacciones exageradas pueden ser indicativas de una fobia específica.
Los individuos con fobias específicas suelen ser conscientes de que sus miedos son irracionales, pero son incapaces de controlar sus reacciones físicas y de dar un paso hacia la realidad. Es habitual experimentar ataques de pánico cuando se está expuesto a una fobia. Un ataque de pánico puede incluir síntomas físicos como asfixia, náuseas, latidos rápidos del corazón, desmayos, dolor en el pecho, mareos, sofocos o sudoración excesiva.