Respirar en una bolsa de papel para la migraña
La mayoría de los dolores de cabeza se producen en los nervios, vasos sanguíneos y músculos que cubren la cabeza y el cuello de una persona. A veces los músculos o los vasos sanguíneos se hinchan, se tensan o sufren otros cambios que estimulan los nervios circundantes o los presionan. Estos nervios envían una oleada de mensajes de dolor al cerebro, lo que provoca un dolor de cabeza.
El tipo más común de dolor de cabeza es la cefalea tensional (también llamada cefalea por contracción muscular). Las cefaleas tensionales se producen cuando los músculos de la cabeza o el cuello se contraen con demasiada fuerza. Esto provoca un dolor que suele describirse como
Un dolor especialmente agudo y punzante puede ser un signo de migraña. Las migrañas no son tan frecuentes como las cefaleas tensionales. Pero para los adolescentes que las padecen, el dolor puede ser lo bastante fuerte como para hacerles faltar a la escuela o a otras actividades si no se tratan los dolores de cabeza.
La mayoría de las migrañas duran entre 30 minutos y 6 horas. Algunas pueden durar hasta un par de días. Pueden empeorar cuando se realiza una actividad física o se está cerca de la luz, los olores o los sonidos fuertes.
Complicación del dolor de cabeza
Al hacer clic en este enlace, usted ha decidido abandonar nuestro sitio web. Aunque creemos que el sitio web que ha seleccionado para visitar puede ser de su interés, es un sitio web independiente que no está bajo nuestro control. Por lo tanto, no aprobamos su contenido y no tenemos ninguna responsabilidad sobre su contenido o prácticas de privacidad.
El acetaminofén, también conocido como paracetamol, no debe tomarse con otros medicamentos que también contengan acetaminofén. El paracetamol está contenido en muchos medicamentos para tratar el dolor, la fiebre, los síntomas del resfriado y la gripe, y para dormir. No tome más de la dosis recomendada, ya que puede ser perjudicial, incluso para su hígado. Si tiene una enfermedad hepática, consulte a su médico antes de tomar paracetamol.
Es probable que haya experimentado los efectos físicos del estrés en algún momento de su vida. Latidos rápidos del corazón, respiración acelerada… ya conoces la sensación. Al fin y al cabo, el cuerpo y la mente están conectados. Por eso, cuando te sientes ansioso, agobiado y al límite, tu cerebro desencadena una serie de respuestas biológicas que incluyen estas sensaciones de nerviosismo.
Dolor de cabeza tras el ejercicio respiratorio
Un niño de 14 años, previamente sano, se presentó en nuestro servicio de urgencias con una historia de 6 meses de falta de aire con el ejercicio y frecuentes dolores de cabeza. Negaba tener infecciones frecuentes de las vías respiratorias superiores, debilidad muscular u otros cambios neurológicos. No había antecedentes médicos ni familiares de asma, migrañas o insuficiencia cardíaca congestiva.
En la exploración, el niño no presentaba ningún problema agudo. Los signos vitales eran estables y la presión arterial tomada en el brazo derecho era de 140/90 mm Hg. El color y la perfusión eran buenos. Sus pulmones estaban claros a la auscultación, su respiración no era dificultosa, S1 era normal y S2 estaba normalmente dividido. Se oía un soplo sistólico de eyección de grado 1/6 en el borde superior del esternón izquierdo con irradiación a la espalda. No se observaba hepatomegalia ni esplenomegalia. La perfusión era buena y los pulsos radiales, femorales y pedales bilaterales eran 2+. Se obtuvo una radiografía de tórax.
La radiografía de tórax mostraba campos pulmonares claros y una silueta cardíaca normal, pero se observaba una muesca en las costillas posteriores (Figuras 1A y 1B). Los resultados de la ecografía renal como parte de un estudio de hipertensión revelaron patrones de flujo anormales en las arterias renales y la aorta abdominal. Cuatro mediciones de la presión arterial en las extremidades revelaron una diferencia entre las extremidades superiores e inferiores de unos 10 mm Hg, con lecturas más bajas en las extremidades inferiores. Al ser interrogado, el paciente admitió haber tenido lecturas de presión arterial elevadas anteriormente, pies fríos de forma intermitente y calambres en las piernas durante el ejercicio. Un ecocardiograma documentó una grave coartación de la aorta (CoA) distal a la arteria subclavia izquierda. Se sospechaba la existencia de colaterales. Ambos hallazgos se confirmaron y delimitaron aún más mediante angiografía por tomografía computarizada (TC) (Figura 2). El segmento de la arteria coronaria se abrió con un stent en la sala de cateterismo (figura 3), y el paciente fue dado de alta a la mañana siguiente. La evolución posterior a la intervención se mantuvo sin incidencias a los 3 meses de seguimiento.
Ejercicio de las migrañas
Se estudió a nueve pacientes con cefalea en racimos crónica en cuanto a la PCO2 de fin de marea, la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el flujo sanguíneo de la arteria carótida común, la resistencia vascular y la intensidad y duración del dolor antes, durante y después de respirar un 6% de CO2 en aire durante 6 minutos y antes y después de la administración de 1 mg de nitroglicerina por vía sublingual. La PCO2 de fin de marea era baja en reposo sin provocación, lo que indica que los pacientes con cefalea en racimos crónica hiperventilan. La provocación con dióxido de carbono indujo un aumento del flujo sanguíneo de la arteria carótida común. Esta provocación, que anteriormente había demostrado inducir dolor en pacientes con cefalea en racimos episódica, no produjo dolor unilateral en los pacientes con cefalea en racimos crónica. La nitroglicerina no provocó ningún dolor en 4 de 5 pacientes con cefalea en racimos crónica, en contraste con los efectos en los pacientes con cefalea en racimos episódica en un período de racimos. En un paciente con cefalea en racimos crónica, se provocó un ataque de corta duración de intensidad de dolor moderada. Los resultados concuerdan con la hipótesis de que los pacientes con cefalea en racimos crónica tienen una reactividad vascular modificada debido a una simpaticoplejía permanente unilateral en la fosa media, en contraste con los pacientes con cefalea en racimos episódica que, según se ha sugerido, tienen una simpaticoplejía no permanente unilateral en la misma región.