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Dolor de cabeza y alta presion

junio 19, 2022
Dolor de cabeza y alta presion

Causas de la hipertensión arterial

Los síndromes familiares más conocidos asociados al feocromocitoma son Von Hipple-Lindau (VHL), la neoplasia endocrina múltiple de tipo 2 (MEN2) y la neurofibromatosis de tipo 1 (NF1); todos ellos tienen un modo de herencia autosómico dominante.2

Si se sospecha que un paciente padece este trastorno por sus manifestaciones clínicas, el siguiente paso diagnóstico son las pruebas bioquímicas. La prueba clásica es la medición de las catecolaminas urinarias y sus metabolitos, que tienen una sensibilidad y especificidad del 98%.7 La alternativa es la medición de las metanefrinas plasmáticas, que es extremadamente sensible y es sugerida por algunas autoridades como prueba de cribado. Tiene una sensibilidad de alrededor del 99%, pero la especificidad es menor (85%-89%).8 De hecho, la detección de un exceso de catecolaminas o de sus metabolitos en la orina o el suero es la base del diagnóstico. Los estudios de imagen deben utilizarse para localizar el tumor.9 La TC y la RM son útiles para localizar la mayoría de los tumores, excepto los más pequeños que suelen encontrarse en la forma hereditaria de la enfermedad.10 La MIBG y la PET son herramientas de imagen complementarias. Estas técnicas son sensibles en tumores bilaterales o en situaciones de sospecha de malignidad en el paciente. Además, son útiles cuando el tumor se sospecha mucho en el ámbito clínico, pero las inspecciones no han sido concluyentes.6

Alimentos para la hipertensión que hay que evitar

La asociación entre la hipertensión y el dolor de cabeza fue propuesta por primera vez por Janeway en 1913.1 Posteriormente se realizaron muchos estudios, y han surgido resultados contradictorios de las investigaciones sobre la relación entre el dolor de cabeza y la presión arterial.

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Bulpitt et al. observaron que el 31% de los pacientes con hipertensión grave no tratada se quejaban de cefalea, en comparación con el 15% de los pacientes hipertensos tratados y los controles sin hipertensión.2 Cooper et al., en una muestra de 11.710 pacientes hipertensos, informaron de que la cefalea era un síntoma común relacionado con los niveles elevados de presión arterial.3 Rasmussen, en un estudio sueco basado en la población, observó que las mujeres con migraña mostraban una presión arterial diastólica significativamente mayor que las que no tenían migraña.4 En cambio, en otro estudio basado en la población, Walters no encontró diferencias en los niveles de presión arterial sistólica y diastólica cuando se comparó a los individuos con cefalea con los que no habían tenido cefalea en el año anterior.5

El estudio más interesante fue el realizado por Stewart en 1953. En este trabajo seminal, se estudiaron 200 pacientes consecutivos con hipertensión, de los cuales 96 eran conscientes de su estado de presión arterial. Entre las personas conscientes de su estado de hipertensión, 71 (74%) se quejaban de dolor de cabeza. En cambio, entre las 104 personas que no eran conscientes de su estado de presión arterial, sólo 17 (16%) se quejaron de dolor de cabeza. Stewart llegó a la conclusión de que, una vez que las personas son conscientes de su diagnóstico de hipertensión, la frecuencia de las cefaleas notificadas aumenta.6 Utilizando datos de la Encuesta de Examen de Salud de los Adultos de los Estados Unidos de 196062, Weiss no observó diferencias en la aparición de cefaleas entre 6.672 personas normotensas e hipertensas que no eran conscientes de su estado de presión arterial.7 En todos estos estudios, la presión arterial se midió en un consultorio utilizando una técnica estandarizada.

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Cefalea tensional

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La hipertensión arterial se conoce comúnmente como una “enfermedad silenciosa”, porque normalmente no se anuncia con ningún signo distintivo y no tiene síntomas universales. Sin embargo, hay algunos síntomas que pueden aparecer con la hipertensión arterial. Entre ellos, los dolores de cabeza recurrentes o que empeoran son lo más parecido a un síntoma “real” de hipertensión.

La ciencia y la fisiología que hay detrás de los dolores de cabeza ayudan a explicar por qué la relación entre la tensión arterial y los dolores de cabeza no es sencilla. El aumento de la presión arterial se asocia con el estrechamiento de los vasos sanguíneos, que es una de las causas conocidas de los síntomas del dolor de cabeza. Sin embargo, la dilatación (ensanchamiento) de los vasos sanguíneos también puede causar dolores de cabeza.

Los cambios en la presión arterial también provocan un fenómeno denominado autorregulación de los vasos sanguíneos. Este proceso conduce a la constricción o dilatación de los vasos sanguíneos a medida que el cuerpo se adapta a los cambios de líquido, hormonas, ritmo cardíaco, etc,

Dolor de cabeza por presión arterial diastólica alta

Una crisis hipertensiva es un aumento grave de la presión arterial que puede provocar un accidente cerebrovascular. Una presión arterial extremadamente alta -una cifra superior (presión sistólica) de 180 milímetros de mercurio (mm Hg) o superior o una cifra inferior (presión diastólica) de 120 mm Hg o superior- puede dañar los vasos sanguíneos. Los vasos sanguíneos se inflaman y pueden perder líquido o sangre. Como consecuencia, el corazón puede no ser capaz de bombear la sangre con eficacia.

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Una crisis hipertensiva se divide en dos categorías: urgente y de emergencia. En una crisis hipertensiva urgente, su tensión arterial es extremadamente alta, pero su médico no sospecha que tenga ningún daño en sus órganos.

En una crisis hipertensiva de emergencia, su tensión arterial es extremadamente alta y ha causado daños en sus órganos. Una crisis hipertensiva de urgencia puede estar asociada a complicaciones potencialmente mortales.

Si experimenta un aumento severo de su presión arterial, busque atención médica inmediata. El tratamiento de las crisis hipertensivas puede incluir la hospitalización para el tratamiento con medicamentos orales o intravenosos.

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