Dónde está su zona de confort emocional
La primera vez que se experimenta una ansiedad grave o un ataque de pánico puede ser extremadamente aterradora, ya que no se entiende lo que está sucediendo y probablemente se siente que la vida está en peligro. Esta sensación de amenaza puede verse amplificada por el pánico o la insensibilidad de los demás si se sienten impotentes para ayudar y no tienen ni idea de lo que ocurre.
Esta sensación de amenaza suele asociarse a lo que hayamos podido hacer o a nuestro entorno en el momento en que se produjo. El cerebro toma una instantánea de la escena o el escenario y almacena esta información para poder advertirle al instante y activar su respuesta biológica de alerta temprana en caso de que este escenario o algo similar vuelva a surgir, ya sea una vista, un sonido o un olor.
Por desgracia, nuestro cerebro no puede distinguir entre una amenaza real y una percibida, por lo que a menudo reacciona de la misma manera con la respuesta biológica de huida o lucha. Después de haber luchado contra la ansiedad social y los ataques de pánico, siempre me ha resultado frustrante explicar lo aterrador que puede resultar.
Significado de la zona de confort
El miedo es algo valioso. Mantiene a la gente a salvo y fomenta la precaución cuando ésta es necesaria. Pero también es algo que limita: no todo lo que se teme merece miedo o precaución. Y a veces, los momentos de valentía son los que se necesitan para mejorar tu vida.
En momentos de estrés o malestar, recuérdate que algunas de las mejores cosas ocurren fuera de la zona de confort. Estas experiencias pueden desafiarte y ayudarte a crecer. Comprométete a intentar la situación con tu mejor esfuerzo, y mantén las expectativas bajas para aliviar la presión adicional. Pregúntate: “¿Qué es lo peor que puede pasar?” y luego céntrate en conseguir el resultado contrario. – Adrienne Tom, Career Impressions
El autor de best-sellers y podcaster Tim Ferriss comparte algunas ideas únicas para salir de tu zona de confort, que yo también he adoptado. Negociar por una taza de café en Starbucks. Túmbate en un lugar público durante 10 segundos. Abrazar a una persona al azar. Todas estas actividades están orientadas a conseguir que te sientas cómodo haciendo las acciones comúnmente impensables o que te sientas cómodo intentándolo (como la negociación). – Gia Ganesh, Gia Ganesh Coaching
Ejemplos de zonas de confort
A todos nos gusta estar dentro de nuestra zona de confort, donde todo lo que queremos lo conseguimos con el mínimo esfuerzo. Esta zona es cómoda, segura y uno se siente relajado sin estar ansioso o estresado. Sin embargo, la zona de confort trae consigo el estancamiento y no permite explorar nuevas oportunidades fuera de la ventana.
La mayoría de nosotros no pensamos en salir de la zona de confort y por qué íbamos a hacerlo cuando todo está bien asentado en su sitio. Aquí es donde los investigadores y expertos dan una explicación lógica. Para mejorar tu vida, debes empezar a aceptar el miedo y apreciar el cambio. Aunque el cambio conlleva sus propios riesgos y su estrés, transforma tu percepción de la vida de una manera estupenda.
El miedo al cambio, el miedo al fracaso o el miedo a hablar con un desconocido fue en su día el miedo de muchas personas, pero definitivamente han superado esos miedos para hacerse más fuertes, ¿verdad? Debes conocer al menos a una persona que siempre esté dispuesta a asumir riesgos y que tenga mejores experiencias vitales que tú.
En sus palabras, “salir de tu zona de confort es muy bueno para tu salud mental. De hecho, yo diría que es lo más importante que puedes hacer para mejorar tu salud mental. Salir de tu zona de confort te libra de la ansiedad y/o la depresión paralizantes al enseñarte que puedes manejar más de lo que crees que puedes. La clave es hacerlo gradualmente. A menudo, la ansiedad se debe a la creencia de que no se puede hacer algo, como hacer una presentación. Enfrentarse gradualmente a este miedo hablando frente a grupos de personas cada vez más grandes le demostrará que, de hecho, puede hacer una presentación. Esta constatación aumentará tu confianza y reducirá la ansiedad”.
Fuera de la zona de confort
¿Te resulta familiar? Todos hemos oído la frase alguna vez: en un libro, en un póster de motivación, en un meme, como parte de un anuncio. Es la expresión omnipresente para motivar a las personas a hacer cosas que, en realidad, no quieren hacer. Pero se utiliza con tanta frecuencia que casi ha perdido su significado.
Te sorprenderá saber que tu zona de confort es algo real, algo que puedes observar, medir y manipular. En pocas palabras, tu zona de confort es un estado psicológico en el que te sientes familiarizado, a gusto y en control de tus circunstancias. Un estado en el que se siente poco (o nada) de estrés y ansiedad.
Los psicólogos, junto con otros científicos y académicos, llevan más de un siglo estudiando este fenómeno, normalmente en referencia a la gestión del rendimiento. En otras palabras, lo que ocurre con tu capacidad para hacer las cosas cuando se te presiona más allá de lo que estás acostumbrado.
Un estudio estadounidense de 1907 afirmaba que la ansiedad (inducida por ir más allá de lo que es familiar y fácil) mejora el rendimiento, hasta cierto punto.i Más allá de ese punto, en la “zona de peligro”, el rendimiento se dispara. Más recientemente, en 1991, la Dra. Judith Bardwick escribió un exhaustivo tomoii en el que definía los parámetros de la zona de confort; lo que es “demasiado cómodo” y “demasiado estresante” para lograr algo que valga la pena.