Fármacos para el estrés
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Los trastornos de ansiedad son algo más que un caso de nervios. Son condiciones de salud mental reconocidas que pueden dificultar el afrontamiento de los altibajos de la vida, incluso a veces dificultando el disfrute o incluso la participación en las actividades cotidianas.
Por ejemplo, si toma medicamentos antidepresivos, es posible que su proveedor de atención médica le recomiende que siga utilizándolos entre cuatro y nueve meses después de que se hayan resuelto los síntomas. Pero si toma benzodiacepinas, sólo debe utilizarlas a corto plazo.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son actualmente la medicación de primera línea para muchas formas de ansiedad. Funcionan haciendo que haya más serotonina disponible en el cerebro, lo que puede mejorar tanto la ansiedad como el estado de ánimo. Debido a estos efectos, los ISRS también se utilizan a menudo para tratar la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Ataque de ansiedad
La recuperación es posible con un tratamiento adecuado, como la terapia de exposición, el entrenamiento de la atención y una serie de técnicas de gestión de la ansiedad que pueden ayudarle a controlar los síntomas. Puedes aprender las siguientes estrategias por ti mismo (utilizando libros o haciendo cursos, por ejemplo) o puedes consultar con un profesional capacitado. Manejo de la ansiedad Algunas de las opciones de manejo de los trastornos de ansiedad son: Aprender sobre la ansiedad El viejo adagio “el conocimiento es poder” se aplica aquí: aprender todo sobre la ansiedad es fundamental para la recuperación. Por ejemplo, la educación incluye el examen de la fisiología de la respuesta de “huir o luchar”, que es la forma que tiene el cuerpo de enfrentarse a un peligro inminente. En el caso de las personas con trastornos de ansiedad, esta respuesta se desencadena de forma inapropiada ante situaciones que generalmente son inofensivas. La educación es una forma importante de promover el control de los síntomas. Mindfulness Cuando se siente ansiedad, una persona puede pasar una cantidad significativa de tiempo atrapada en pensamientos que provocan ansiedad. La atención plena nos guía para devolver nuestra atención al momento presente y desengancharnos de los pensamientos que pueden ser inútiles.
Síntomas de ansiedad
También se puede tomar como suplemento, normalmente estandarizado para contener un 1,2% de apigenina (un ingrediente activo), junto con flores secas de manzanilla. En un estudio realizado en el Centro Médico de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) que tomaron suplementos de manzanilla durante ocho semanas presentaron una disminución significativa de los síntomas de ansiedad en comparación con los pacientes que tomaron un placebo.
Dicen que los monjes budistas japoneses podían meditar durante horas, tanto en estado de alerta como de relajación. Una de las razones puede ser un aminoácido presente en el té verde llamado L-teanina, dice Mark Blumenthal, del Consejo Botánico Americano.
Las investigaciones demuestran que la L-teanina ayuda a frenar el aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, y algunos pequeños estudios en humanos han descubierto que reduce la ansiedad. En un estudio publicado en el Journal of Functional Foods, los sujetos propensos a la ansiedad estaban más tranquilos y concentrados durante una prueba si tomaban 200 miligramos de L-teanina de antemano.
Sí, está en la cerveza, pero no obtendrás los beneficios tranquilizantes de la hierba amarga lúpulo (Humulus lupulus) de una infusión. El compuesto sedante del lúpulo es un aceite volátil, por lo que se obtiene en extractos y tinturas, y como aromaterapia en almohadas de lúpulo.
Antidepresivos
La ansiedad es una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación y acompañada de síntomas físicos como sudoración, temblores, cambios de voz o aumento de la presión arterial. También puede denominarse nerviosismo.
La ansiedad ocasional ante un acontecimiento estresante o incómodo es normal. Sin embargo, si una persona siente niveles desproporcionados de ansiedad o está presente casi continuamente, podría diagnosticarse como un trastorno de ansiedad.
Las emociones fuertes o el miedo provocan una oleada de epinefrina (también llamada adrenalina) de nuestras glándulas suprarrenales. Esto aumenta los latidos del corazón, incrementa nuestra sensibilidad al entorno y nos prepara para la confrontación física o para huir si percibimos alguna amenaza a nuestra seguridad. Esto suele denominarse respuesta de lucha o huida.
Si esto va acompañado de síntomas físicos significativos, como un aumento de la sudoración o de la presión arterial, es más probable que la persona sufra un trastorno de ansiedad que una ansiedad por estímulos.
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es una afección crónica y continua con una preocupación excesiva por los acontecimientos normales de la vida, ya sean menores o mayores. Estos sentimientos suelen ser desproporcionados con respecto a los problemas que pueden surgir en la vida cotidiana.