Sofocos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad y pánico pueden producir una amplia gama de síntomas físicos angustiosos. Muchas personas no son conscientes de que sus síntomas son causados por la ansiedad, lo que puede agravar el problema, ya que muchas personas se preocupan de que sus síntomas sean causados por una enfermedad subyacente, lo que conduce a una mayor ansiedad. Este círculo vicioso puede romperse aprendiendo sobre la ansiedad y siendo capaz de reconocer los síntomas físicos. Estos son los 10 síntomas físicos más comunes de la ansiedad.
La fatiga es uno de los síntomas más comunes asociados a la ansiedad, el trastorno de pánico, el estrés crónico, la depresión y otros trastornos mentales. La ansiedad crónica deja al cuerpo y a la mente en un estado constante de tensión y alto estado de alerta. La mente está constantemente escudriñando el entorno externo e interno en busca de amenazas, lo que provoca malestar emocional y tensión física. Este estado de alerta constante conduce al agotamiento mental y físico, que a menudo persiste incluso después de un largo sueño.
La ansiedad es una respuesta natural al peligro y es necesaria para que el ser humano sobreviva. Los niveles elevados de ansiedad desencadenan cambios en el cuerpo que ayudan a prepararse para hacer frente a las amenazas y al peligro, lo que también se conoce como la respuesta de lucha o huida. Sin embargo, si usted vive con ansiedad crónica, su cuerpo y su mente a menudo son incapaces de diferenciar entre los peligros reales y los imaginarios, lo que significa que la respuesta de lucha o huida puede estar continuamente activa. Uno de los primeros cambios que se producen durante la respuesta de lucha o huida es un aumento del ritmo cardíaco.
Sensación de ardor en la piel
Los científicos siguen descubriendo y aprendiendo las múltiples formas en que la mente afecta al cuerpo. Muchas de las personas que sufren ataques graves de ansiedad y pánico experimentan una sensación de quemazón, es decir, una sensación de calor, picor o irritación en la piel que puede resultar incómoda e incluso aterradora.
Entre otros efectos, la respuesta implica una descarga de adrenalina mientras el cuerpo se prepara para la “acción”. La adrenalina afecta a múltiples propiedades del organismo. Desde el punto de vista químico, la ansiedad cambia el equilibrio de las hormonas y los neurotransmisores de arriba abajo. La ansiedad también contrae los vasos sanguíneos y envía un flujo de sangre a otras zonas del cuerpo. La ansiedad también afecta a la forma de interpretar las sensaciones, y mucho más.
La ansiedad cambia la forma en que la sangre fluye por todo el cuerpo. La mayoría de las veces, incluso con ansiedad, estos cambios tienen poco efecto en la piel. Sin embargo, la piel es el órgano más grande y, como tal, es posible que los cambios en el flujo sanguíneo hagan que la piel se sienta más hormigueante, adormecida o, posiblemente, con una sensación de ardor.
Síntomas musculares de ansiedad
El ardor en la piel – se siente como si la piel se hubiera quemado, como una quemadura de sol, pero no es así – es un síntoma común de los trastornos de ansiedad, incluyendo los ataques de ansiedad, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social, el trastorno obsesivo compulsivo y otros.
El síntoma de ardor en la piel puede aparecer y desaparecer raramente, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, puede sentir un síntoma de ardor en la piel de vez en cuando y no tan a menudo, sentirlo de forma intermitente o sentirlo todo el tiempo.
Comportarse con ansiedad activa la respuesta de estrés del cuerpo. La respuesta al estrés provoca inmediatamente cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos en el cuerpo que aumentan la capacidad de éste para enfrentarse a una amenaza -para luchar con ella o huir de ella-, razón por la que la respuesta al estrés suele denominarse respuesta de lucha o huida[1][2].
Parte de los cambios de la respuesta al estrés consisten en desviar la sangre de las partes del cuerpo menos importantes para la supervivencia a las partes que son vitales para la misma. Dado que el cuerpo sólo dispone de una cantidad de sangre determinada, tiene que desviarla en función de las necesidades del momento.
Ansiedad de adormecimiento
Cuando pensamos en los síntomas de la ansiedad, a menudo pensamos en una condición de salud mental que induce sentimientos de preocupación, inquietud, miedo y nerviosismo. Pero, aunque estamos en lo cierto al suponer que se trata de un problema que comienza en el cerebro, en realidad es un estado tan físico como mental, y puede desencadenar también síntomas físicos de ansiedad. “La ansiedad es la sensación que se tiene cuando se piensa que va a ocurrir algo desagradable en el futuro. Otras palabras como “aprensión”, “incertidumbre”, “nerviosismo” y “nerviosismo” también describen bien los sentimientos relacionados con la ansiedad”, explica Nicky Lidbetter, directora general de Anxiety UK, en su guía Understanding Anxiety.
Resulta útil comprender la amplia gama de síntomas físicos de ansiedad que puede sentir una persona con un trastorno de ansiedad o de pánico, tanto durante un ataque de pánico como en el día a día. Saber que muchas de las sensaciones físicas son síntomas de ansiedad puede tranquilizar a una persona ansiosa y recordarle que estas sensaciones físicas, aunque sean fáciles de malinterpretar, no están en su cabeza, sino que son muy reales y tienen explicaciones científicas plausibles. “La ansiedad es completamente normal y es algo que todos los seres humanos experimentan de vez en cuando”, dice Nicky. Por lo tanto, entender la ciencia que hay detrás de los síntomas físicos de la ansiedad y por qué nuestro cuerpo reacciona de la manera en que lo hace, puede ayudarnos a desmenuzar la ansiedad, a romper nuestra percepción de que es un dictador todopoderoso, a conocer nuestro cuerpo y, en definitiva, a recuperar el control.Síntomas físicos de la ansiedad: Una explicación fisiológica para cada uno