Disciplina positiva para padres
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Amy Morin, LCSW, es la editora jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del bestseller “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind Podcast.
La crianza autoritaria es un estilo de crianza caracterizado por altas exigencias y baja capacidad de respuesta. Fue uno de los estilos de crianza descritos por la psicóloga del desarrollo Diana Baumrind. Además de la crianza autoritaria, también identificó otros dos estilos conocidos como crianza autoritaria y crianza permisiva.
Los padres con un estilo autoritario esperan mucho de sus hijos, pero les proporcionan muy poca retroalimentación y cariño. Los errores suelen castigarse con dureza. Cuando se da retroalimentación, suele ser negativa. Los gritos y los castigos corporales también son habituales en el estilo autoritario.
¿Cuáles son las tres C de la disciplina?
Siempre predico que cuando los empresarios se plantean disciplinar o despedir a un empleado, la mejor manera de no meterse en problemas es seguir las tres C: Coherencia, Comunicación y Sentido Común.
¿Por qué necesitamos imponer una disciplina positiva?
La orientación positiva y la disciplina son cruciales para los niños porque fomentan el autocontrol, enseñan responsabilidad y les ayudan a tomar decisiones meditadas. Cuanto más eficaces sean los cuidadores adultos a la hora de fomentar el comportamiento adecuado de los niños, menos tiempo y esfuerzo dedicarán a corregir el mal comportamiento.
¿Cuáles son las cinco estrategias de disciplina positiva?
Las estrategias de disciplina positiva más eficaces son la reorientación, el refuerzo positivo, el “tiempo dentro” (dedicar momentos de calidad a su hijo), los recordatorios de una sola palabra y la ignorancia selectiva del comportamiento censurable.
Ejemplo de disciplina positiva en el aula
En el mejor de los casos, la disciplina recompensa al niño por un comportamiento adecuado y desalienta los comportamientos inadecuados, utilizando medios justos y positivos. Algunos padres creen que la disciplina significa castigo físico, como pegar o abofetear, o abuso verbal, como gritar o amenazar al niño. Esto no es disciplina. Las consecuencias del castigo físico Los niños aprenden con el ejemplo. Varios estudios demuestran que los modelos más influyentes en la vida de un niño son sus padres. Es importante que los padres actúen como modelo de cómo quieren que se comporten sus hijos.
Utilizar el castigo físico o infligir dolor a un niño para que deje de portarse mal sólo le enseña que está bien resolver los problemas con violencia. Los niños aprenden cómo se hace esto viendo a sus padres usar la violencia física contra ellos.
Otros problemas causados por el castigo físico: Razones del mal comportamiento Los niños se portan mal por muchas razones: La capacidad de comprensión del niño Disciplinar a un niño significa enseñarle lo que es un comportamiento aceptable. La capacidad intelectual del niño se desarrolla con el tiempo. Es importante adecuar la disciplina de su hijo a su capacidad de comprensión. Un niño muy pequeño, como un bebé, no comprende el bien y el mal.
Ejemplos de disciplina en casa
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Aunque puede resultar difícil ver lo “positivo” como conductas desalentadoras y lo “negativo” como conductas alentadoras, es fácil darse cuenta de que, cuando se trata de condicionamiento operante, los términos “positivo” y “negativo” no se utilizan de la forma en que generalmente pensamos en ellos. En esta teoría, “positivo” no significa necesariamente “bueno” y “negativo” no significa necesariamente “malo”.
La teoría del condicionamiento operante fue desarrollada por el famoso conductista B. F. Skinner (1971). Si no está familiarizado con el conductismo, definitivamente vale la pena sumergirse en la literatura; sin embargo, para los fines de este artículo, daremos una breve visión general.
El conductismo fue la perspectiva rectora de la psicología durante varias décadas, desde los años treinta hasta los sesenta. Fue defendido por John Watson, pero Skinner es el psicólogo más a menudo asociado con el conductismo gracias a sus muchas teorías y experimentos (GoodTherapy, 2015). La idea general detrás del conductismo es que las personas (y los animales) están fuertemente influenciados y dirigidos por factores externos. En el debate “naturaleza vs. crianza”, los conductistas caen firmemente en el lado de la “crianza”.
Ejemplos de disciplina positiva y no violenta
La disciplina infantil es probablemente la parte menos agradable de la crianza. Puede ser frustrante, desalentadora y agotadora. Es uno de los retos más comunes y difíciles de la paternidad. Pero hay una diferencia entre disciplina y castigo.
La disciplina es la práctica de entrenar a alguien para que se comporte de acuerdo con unas normas o un código de conducta para que pueda adoptar un comportamiento deseable en el futuro. El castigo es infligir sufrimiento a alguien por su comportamiento pasado.
Este experimento demostró que el perro había aprendido a asociar la campana con la comida y se formó un nuevo comportamiento. Esto se denomina condicionamiento clásico. La campana era originalmente un estímulo neutro, pero luego se convirtió en un estímulo condicionado. La salivación fue una respuesta condicionada.
Basándonos en este resultado, parece natural concluir que si se asocia una consecuencia negativa a un comportamiento no deseado, un perro, o incluso un niño, acabará aprendiendo a adoptar el comportamiento deseado debido al miedo a las consecuencias negativas.
Estos padres esperan que el miedo condicione a sus hijos para que abandonen el comportamiento no deseado y adopten el deseado, de forma muy parecida a como se condiciona a un perro para que adopte un nuevo comportamiento. Esto se denomina condicionamiento operante.