Atención
La atención es el proceso conductual y cognitivo de concentrarse selectivamente en un aspecto discreto de la información, ya sea considerado subjetivo u objetivo, mientras se ignoran otras informaciones perceptibles. William James (1890) escribió que “la atención es la toma de posesión por parte de la mente, de forma clara y vívida, de uno de los que parecen varios objetos o trenes de pensamiento posibles simultáneamente. La atención también se ha descrito como la asignación de recursos limitados de procesamiento cognitivo[2]. La atención se manifiesta mediante un cuello de botella atencional, en términos de la cantidad de datos que el cerebro puede procesar cada segundo; por ejemplo, en la visión humana, sólo menos del 1% de los datos de entrada visuales (en torno a un megabyte por segundo) pueden entrar en el cuello de botella,[3][4] lo que conduce a la ceguera por falta de atención[5].
La atención sigue siendo un área crucial de investigación dentro de la educación, la psicología, la neurociencia, la neurociencia cognitiva y la neuropsicología. Las áreas de investigación activa incluyen la determinación del origen de las señales sensoriales que generan la atención, los efectos de estas señales sensoriales en las propiedades de sintonización de las neuronas sensoriales y la relación entre la atención y otros procesos conductuales y cognitivos, que pueden incluir la memoria de trabajo y la vigilancia psicológica. Un cuerpo de investigación relativamente nuevo, que amplía la investigación anterior dentro de la psicopatología, está investigando los síntomas de diagnóstico asociados con la lesión cerebral traumática y sus efectos en la atención. La atención también varía según las culturas[6].
Ejemplo de atención en psicología
La atención es el proceso conductual y cognitivo que consiste en concentrarse selectivamente en un aspecto discreto de la información, ya sea considerado subjetivo u objetivo, mientras se ignoran otras informaciones perceptibles. William James (1890) escribió que “la atención es la toma de posesión por parte de la mente, de forma clara y vívida, de uno de los que parecen varios objetos o trenes de pensamiento posibles simultáneamente. La atención también se ha descrito como la asignación de recursos limitados de procesamiento cognitivo[2]. La atención se manifiesta mediante un cuello de botella atencional, en términos de la cantidad de datos que el cerebro puede procesar cada segundo; por ejemplo, en la visión humana, sólo menos del 1% de los datos de entrada visuales (en torno a un megabyte por segundo) pueden entrar en el cuello de botella,[3][4] lo que conduce a la ceguera por falta de atención[5].
La atención sigue siendo un área crucial de investigación en educación, psicología, neurociencia, neurociencia cognitiva y neuropsicología. Las áreas de investigación activa incluyen la determinación del origen de las señales sensoriales que generan la atención, los efectos de estas señales sensoriales en las propiedades de sintonización de las neuronas sensoriales y la relación entre la atención y otros procesos conductuales y cognitivos, que pueden incluir la memoria de trabajo y la vigilancia psicológica. Un cuerpo de investigación relativamente nuevo, que amplía la investigación anterior dentro de la psicopatología, está investigando los síntomas de diagnóstico asociados con la lesión cerebral traumática y sus efectos en la atención. La atención también varía según las culturas[6].
Definición de atención en psicología pdf
La atención es la importante capacidad de controlar con flexibilidad los recursos computacionales limitados. Se ha estudiado junto con muchos otros temas de la neurociencia y la psicología, como la conciencia, la vigilancia, la saliencia, el control ejecutivo y el aprendizaje. También se ha aplicado recientemente en varios ámbitos del aprendizaje automático. La relación entre el estudio de la atención biológica y su uso como herramienta para mejorar las redes neuronales artificiales no siempre está clara. Esta revisión comienza proporcionando una visión general de cómo se conceptualiza la atención en la literatura de la neurociencia y la psicología. A continuación, se abordan varios casos de uso de la atención en el aprendizaje automático, indicando sus contrapartidas biológicas cuando existen. Por último, se exploran las formas en que la atención artificial puede inspirarse aún más en la biología para la producción de sistemas complejos e integradores.
La atención dista mucho de ser un concepto claro o unificado. Sin embargo, a pesar de sus muchas, vagas y a veces contradictorias definiciones, hay una cualidad central de la atención que se ha demostrado de gran importancia para el procesamiento de la información en el cerebro y, cada vez más, en los sistemas artificiales. La atención es el control flexible de recursos computacionales limitados. La razón por la que esos recursos son limitados y la mejor manera de controlarlos variará según los casos de uso, pero la capacidad de alterar y encauzar dinámicamente el flujo de información tiene claras ventajas para la capacidad de adaptación de cualquier sistema.
Tipos de atención en psicología
La atención se refiere a una gran variedad de fenómenos, como la excitación, el estado de alerta, la conciencia y el conocimiento. En general, sin embargo, la atención se define tanto como un proceso de concentración, como intentar recordar, comprender o buscar información, como un recurso mental que tiene una capacidad limitada. La atención es selectiva en el sentido de que implica centrarse en un determinado estímulo excluyendo otros.
El foco de atención puede ser un estímulo externo (por ejemplo, un teléfono, otra persona o el tráfico) o un acontecimiento mental interno (por ejemplo, pensar en su día o intentar recordar un nombre o un acontecimiento pasado). Los estímulos que destacan, es decir, que son más salientes, tienden a captar la atención de una persona. La prominencia de un estímulo depende del contexto social más amplio. Los estímulos que son inusuales (por ejemplo, una mujer en un grupo de hombres), personalmente significativos (por ejemplo, escuchar tu nombre), o que dominan el campo visual (por ejemplo, estar de pie frente a ti) o auditivo (por ejemplo, una voz fuerte) son generalmente más salientes.