Miedo a la escuela
Las técnicas no farmacológicas son la mejor apuesta para superar la batifobia, incluyendo la hipnosis, la desensibilización sistemática, la terapia cognitiva conductual o la terapia de implosión. Una serie de ejercicios mentales, como imaginarse acercándose a un valle o a aguas profundas, o meterse en el agua o ponerse el equipo de buceo/parapente y bucear realmente, son métodos conocidos para superar la respuesta de ansiedad. Otros métodos son los ejercicios in vivo, como meterse en el agua hasta la cintura o caminar en la piscina.
Miedo a las profundidades del agua
La talasofobia (en griego: θάλασσα, thalassa, “mar”; y φόβος, phobos, “miedo”)[1] es el miedo persistente e intenso a las masas de agua profundas, como el mar, los océanos, las piscinas o los lagos. Aunque está muy relacionada, la talasofobia no debe confundirse con la acuafobia, que se clasifica como el miedo al agua en sí. La talasofobia puede incluir el miedo a estar en cuerpos de agua profundos, el miedo al vasto vacío del mar, a las olas del mar, a las criaturas acuáticas y el miedo a la distancia de la tierra[2].
Las causas de la talasofobia no están claras y son objeto de investigación por parte de los profesionales de la medicina, ya que pueden variar enormemente de un individuo a otro[3]. Los investigadores han propuesto que el miedo a las grandes masas de agua es, en parte, una respuesta evolutiva humana, y también puede estar relacionado con las influencias de la cultura popular que inducen al miedo y la angustia[4]. También se ha teorizado que la psicología subyacente de la fobia proviene de la naturaleza simbólica del agua. En concreto, la inmensidad del mar suele estar relacionada con el inconsciente profundo de la persona[5].
Las peores fobias
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La talasofobia es una fobia específica, es decir, un miedo irracional a una cosa concreta. Las fobias específicas desencadenan sentimientos intensos de miedo que son desproporcionados con respecto al peligro real y pueden causar una angustia o un deterioro significativo.
La talasofobia comparte síntomas con otras fobias específicas, como la claustrofobia. La característica que define a la talasofobia es que estos síntomas se desencadenan al exponerse a masas de agua profundas o al pensar en ellas.
Cada persona experimenta la talasofobia de forma diferente. Algunas personas pueden sentir pánico al nadar en aguas profundas, al estar en un barco o al no poder tocar el fondo de una piscina. Otras experimentan miedo con sólo pensar en el océano o al ver imágenes de aguas profundas.
Megalohydrothalassophobia
¿Su miedo a las aguas profundas le impide aprender a nadar o frena sus brazadas? ¿Quizás nadar en aguas profundas te hace agarrarte de repente a un lado? Pues ha llegado al lugar adecuado…
La razón más común para tener cualquier tipo de ansiedad a la hora de nadar suele estar relacionada con una mala experiencia en el pasado. Puede tratarse de una lección de natación aterradora, una caída accidental en aguas profundas o incluso un ahogamiento inminente. Cuando te acercas al agua o a una piscina, los sistemas de autodefensa de tu cuerpo entran en acción y aumentan tu ritmo cardíaco, tensan tus músculos y aceleran tu respiración. Puede que no tengas tanto miedo a las aguas profundas. En cambio, puedes ser uno de esos nadadores que nadan felizmente hasta que, de repente, sientes que te vas a hundir. Estás nadando en aguas profundas que te van a arrastrar hacia abajo y al instante te encuentras luchando por agarrarte a un lado.