Ejemplo de cognitivismo en el aula
En la década de 1960, las teorías cognitivas del aprendizaje empezaron a sustituir gradualmente al conductismo como visión predominante. Los teóricos cognitivos afirman que los comportamientos observables no son suficientes para describir el aprendizaje porque los procesos internos del pensamiento también forman parte del aprendizaje. La perspectiva cognitiva estuvo muy influenciada por el desarrollo de la tecnología informática y las telecomunicaciones, y utiliza el ordenador como metáfora para entender lo que ocurre en la mente humana. El aprendizaje se define como el almacenamiento y la organización de información y conceptos en la mente.
Una de las primeras teorías cognitivas del aprendizaje y la memoria fue la teoría del procesamiento de la información de Atkinson y Schiffrin (1968). Esta teoría considera la mente como un ordenador que acepta entradas y realiza actividades de procesamiento de esas entradas, de forma similar a como un ordenador procesa los datos. Desde este punto de vista, hay tres “cubos” conocidos como almacenes de memoria.
Cuando se recibe información (ver, oír, oler, etc.), ésta comienza en el registro sensorial. Nos bombardean constantemente con información sensorial, y la mayoría de estos estímulos se desechan después de llegar al registro sensorial porque no les prestamos atención. Por ejemplo, cuando estás disfrutando de una comida en un restaurante con amigos, el sonido de las conversaciones de otras personas llega a tus oídos, pero normalmente no prestas atención a esos sonidos y, por tanto, no recuerdas haberlos escuchado. Los estímulos a los que sí presta atención se envían a la memoria a corto plazo. La memoria a corto plazo es el lugar donde se trabaja con la información, se procesa y se intenta pasar a la memoria a largo plazo.
Teorías psicológicas
Para responder a esta pregunta, los educadores suelen utilizar conceptos derivados de las teorías del aprendizaje educativo. Combinando la experiencia en el aula con los conceptos psicológicos, los educadores pueden optimizar su forma de enseñar.
La teoría del aprendizaje cognitivo, que se centra en los procesos internos que rodean la información y la memoria, es una de las más adaptables de las cinco principales teorías del aprendizaje. El aprendizaje cognitivo tiene aplicaciones en la enseñanza de alumnos de tan corta edad como los bebés, hasta los alumnos adultos que adquieren nuevas habilidades en el trabajo.
Para los educadores, comprender el aprendizaje cognitivo puede ayudarles a desarrollar planes de clase eficaces. Para todos los demás, los principios de la teoría son útiles para entender cómo funciona la mente y cómo aprender más eficazmente.
En el centro de la teoría del aprendizaje cognitivo se encuentra el concepto de cognición, que Britannica.com define como “todos los procesos conscientes e inconscientes por los que se acumula el conocimiento, como percibir, reconocer, concebir y razonar”.
“El conocimiento”, tal y como lo entienden los teóricos de la cognición, es el procesamiento cognitivo de lo que algo es y lo que no es, desde conceptos tan simples como que un joven estudiante identifique los animales de un libro ilustrado hasta algo más complejo como sopesar los pros y los contras de comer carne.
Teoría del conductismo
Las teorías cognitivas de la motivación incluyen la teoría de la expectativa y la teoría de la fijación de objetivos. La Teoría de la Expectativa de la Motivación explica por qué y cómo un individuo elige una opción de comportamiento en lugar de otras. Por otro lado, la Teoría de la Fijación de Metas establece la importancia de la creación de metas en la motivación de una persona.
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Teoría cognitiva criminológica
Moderadores metodológicos de la eficacia de la predicciónLa eficacia de la predicción de la conducta y la intención según diferentes moderadores metodológicos se presenta en la Tabla 4. Los resultados indican que la predicción de la conducta y la intención fue significativamente mejor cuando el tamaño de la muestra era igual o superior a 150 participantes en comparación con muestras más pequeñas (conducta: Z = -4,710; p < 0,0001; intención: Z = -8,643; p < 0,0001). En cuanto a las cualidades psicométricas, no se observó ninguna diferencia (Z = -0,166; p > 0,05) para la predicción del comportamiento, mientras que para la predicción de la intención, en los estudios en los que se presentó la información y las cualidades psicométricas fueron buenas, se observó un valor R2 medio ponderado por frecuencia más alto (Z = -10,925; p < 0,0001). Por último, en lo que respecta a la predicción de la conducta, se observó un mejor valor R2 medio ponderado por la frecuencia cuando la conducta era autoinformada en comparación con la evaluada objetivamente (Z = 9,521; p < 0,0001). En este último caso, el valor R2 medio ponderado por frecuencia para la predicción del comportamiento varió según el nivel de correspondencia entre la intención y el comportamiento; se observó una mejor predicción del comportamiento cuando el nivel de correspondencia era adecuado (Z = -7,993; p < 0,0001).Tabla 4 Eficacia del modelo para predecir los comportamientos y las intenciones de los profesionales sanitarios según las cualidades metodológicas de los estudiosTabla completa