Significado de la empatía
La asertividad es una forma sana de comunicarse. Es la capacidad de hablar por nosotros mismos de forma honesta y respetuosa. Todos los días nos encontramos en situaciones en las que ser asertivos puede ayudarnos, como pedirle a alguien una cita, dirigirnos a un profesor con una pregunta o hacer un buen papel en una entrevista de trabajo o de la universidad.
Ser asertivo no es algo natural para todo el mundo. Algunas personas se comunican de forma demasiado pasiva. Otras tienen un estilo demasiado agresivo. El estilo asertivo es el término medio entre ambos.
Las personas asertivas tienden a hacer amigos con más facilidad. Se comunican de forma que respetan las necesidades de los demás y las suyas propias. Suelen resolver mejor los conflictos y desacuerdos. Las personas que dan respeto reciben respeto a cambio.
Paula tiene un estilo demasiado pasivo. Si le preguntas a Paula qué película quiere ver, lo más probable es que te diga: “No sé, ¿qué quieres ver?”. Suele dejar que los demás decidan las cosas, pero luego se arrepiente de no haber dicho lo que quería. Le molesta que sus amigos sean los que más hablan. Pero cuando Paula intenta intervenir en la conversación, habla tan bajo que los demás hablan por encima de ella sin darse cuenta.
Cómo ser compasivo y asertivo
La semana pasada asistí al curso de Negociación y Liderazgo de la Universidad de Harvard. Vaya, aprendí mucho y me gustaría aprovechar las próximas semanas para compartir con vosotros algunos de esos aprendizajes y aplicarlos directamente al sector inmobiliario.
Su afirmación es que la tensión entre estos dos comportamientos es la clave para ser un negociador eficaz. Continúa explicando que entender esta tensión en nosotros mismos es esencial, y que entenderla en nuestra contraparte en la negociación puede darnos valiosos conocimientos y ventajas significativas.
La empatía es el proceso por el que los negociadores demuestran que comprenden a su contraparte. Esto implica una escucha activa deliberada para comprender primero los intereses de la contraparte y luego demostrarle esa comprensión. Además, debemos estar abiertos a que nos corrijan si hemos entendido mal algunos de sus intereses. Se refiere a esto como “permitir que la otra parte afine su comprensión”
Utilizamos una herramienta de evaluación para comprender mejor nuestros propios puntos fuertes y nuestras carencias en cuanto a empatía y asertividad. Los diferentes equilibrios conducen a diferentes retos. Esta evaluación nos clasificó en competidores (mucha asertividad, poca empatía), acomodadores (mucha empatía, poca asertividad) y evasores (aquellos que se sienten abrumados por los conflictos emocionales y, por tanto, no utilizan su asertividad ni su empatía, aunque probablemente tengan acceso a ambas).
Escalada de asertividad
La empatía se define como la acción de comprender, ser consciente, ser sensible y experimentar indirectamente los sentimientos, los pensamientos y la experiencia de otra persona, ya sea del pasado o del presente, sin que los sentimientos, los pensamientos y la experiencia se comuniquen plenamente de manera objetivamente explícita. En otras palabras, la empatía es la capacidad de compartir las experiencias, percepciones y emociones de otra persona.
Ser empático con los demás es todo un arte. Esto se debe a que se necesita una gran compasión para que otra persona se aleje voluntariamente de sus propias percepciones personales del mundo, dejando esencialmente de lado su ego, lo suficiente como para entrar en las percepciones del mundo de otra persona, que incluyen niveles emocionales, niveles físicos y niveles intelectuales. La voluntad de hacer esto, así como la capacidad real de hacerlo, requieren una gran convicción, porque entonces se pide a la persona que empatiza que se abra a una forma totalmente nueva de ver el mundo, a través de los ojos de otra persona.
Empatía asertiva
Los líderes de éxito muestran habilidades que pueden parecer naturales y fáciles, pero que en realidad son el resultado de prestar mucha atención y ser receptivos a todo el entorno. Para ello, aprenden a ser emocionalmente competentes y a emplear un complejo conjunto de habilidades que pueden parecer innatas, pero que en realidad son el resultado de la voluntad de trabajar, aprender y mejorar. Los líderes suelen creer que su inteligencia cognitiva es el umbral de su éxito, y es cierto que necesitan un coeficiente intelectual sólido y una buena educación para entrar en el mercado y mantenerse al día en los avances técnicos y profesionales. Para superar ese umbral necesitan ser hábiles en las relaciones, influir y dirigir eficazmente al personal y a los equipos.
“un conjunto de habilidades emocionales y sociales que influyen en la forma en que percibimos y nos expresamos, desarrollamos y mantenemos relaciones sociales, afrontamos los retos y utilizamos la información emocional de forma eficaz y significativa”.
El uso ingenioso de estas cuatro habilidades crea un entorno resiliente y está bien respaldado por el uso del EQ-i2.0 con los líderes. También encontramos un valor considerable al medir las habilidades del equipo con el Team Emotional and Social Intelligence Survey®. Juntas, estas dos evaluaciones presentan una imagen poderosa que apoya el desarrollo de las capacidades de liderazgo.