PSICOLOGÍA DEL SINDROME DE ASPERGER parte 2
Muchas personas que encajan en el perfil del síndrome de Asperger están siendo diagnosticadas con el Trastorno del Espectro Autista. Cada persona es diferente, y depende de cada una de ellas el modo en que decida identificarse. Algunas personas con un diagnóstico de síndrome de Asperger pueden optar por seguir utilizando el término, mientras que otras pueden preferir referirse a sí mismas como autistas o dentro del espectro autista.
Las personas con síndrome de Asperger no tienen los problemas de aprendizaje que tienen muchos autistas, pero pueden tener dificultades específicas de aprendizaje. Pueden tener menos problemas con el habla, pero aún así pueden tener dificultades para comprender y procesar el lenguaje.
Algunas personas con síndrome de Asperger dicen que el mundo les resulta abrumador y esto puede causarles una ansiedad considerable. En particular, entender y relacionarse con otras personas y participar en la vida cotidiana familiar, escolar, laboral y social puede ser más difícil. Otras personas parecen saber, de forma intuitiva, cómo comunicarse e interactuar con los demás, pero también pueden tener dificultades para establecer una relación con las personas con síndrome de Asperger. Las personas con síndrome de Asperger pueden preguntarse por qué son “diferentes” y sentir que sus diferencias sociales significan que la gente no les entiende.
El ‘Dandy de las palabras’ habla del revés
El Dr. Tony Attwood se ha formado como psicólogo profesional. A lo largo de su carrera académica, Tony ha realizado una licenciatura en Psicología, un máster en Psicología Clínica y un doctorado. En la actualidad, Tony continúa sus actividades académicas como profesor adjunto en la Universidad Griffith de Queensland.
Tony Attwood es conocido sobre todo por sus inspiradores conocimientos sobre el síndrome de Asperger. Este conocimiento está mejor representado en el bestseller de Tony “La Guía Completa del Síndrome de Asperger”, que se basa en la amplia experiencia clínica de Tony a lo largo de su carrera.
Este tiene que ser el libro más informativo sobre el Síndrome de Asperger, con ejemplos que van desde niños hasta adultos. Para aquellos que comparten sus mundos con el Asperger, incluyendo individuos, familias, profesores, terapeutas y empleadores, La Guía Completa del Síndrome de Asperger es un gran lugar para empezar a saber más.
7. ‘Cuando conozco a alguien con Asperger y le explico el diagnóstico, le digo: ¡Felicidades! Tienes el síndrome de Asperger. Eres diferente. No estás loco, ni eres malo, ni eres defectuoso. Simplemente eres diferente, como ser zurdo en un mundo de diestros”.
El test del autismo – ¿Soy autista? ¿Tengo el síndrome de Asperger?
“No quiero ser un genio, ni un bicho raro, ni algo que se exhiba. Deseo la empatía y la compasión de quienes me rodean, y aprecio la sinceridad, la claridad y la lógica en otras personas. Creo que la mayoría de las personas -autistas o no- comparten este deseo. Y ahora, con mi nueva percepción, estoy en camino de lograr ese objetivo. Espero que tengáis en cuenta estos pensamientos la próxima vez que os encontréis con alguien que parezca o actúe un poco raro”.
“Yo también tengo Asperger, pero puedo manejarlo. No me lo diagnosticaron hasta principios de los ochenta, cuando mi mujer me convenció para que fuera al médico. Uno de mis síntomas era mi obsesión por los fantasmas y las fuerzas del orden; por ejemplo, llevo conmigo una placa de policía. Me obsesioné con Hans Holzer, el mejor cazador de fantasmas de la historia. Ahí nació la idea de mi película Cazafantasmas”.
“Al estar en el espectro y tener otras diferencias de aprendizaje, estoy acostumbrado a trabajar más y tengo un gran impulso para triunfar. Interpreto las cosas de forma diferente, lo que me ayuda a analizar los guiones, a meterme en los papeles, a conseguir realismo. [También me impulsa a tomar decisiones firmes”.
Esta es la razón por la que echas de menos estos 5 cantos de Asperger
Hace poco escribí un artículo sobre cómo se comunican las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En esta continuación de ese artículo, quiero analizar dos características adicionales de la comunicación, la literalidad y el uso del lenguaje metafórico, ambas comunes al TEA. De hecho, son tan comunes que un factor crucial a la hora de diagnosticar a alguien con TEA es el grado de presencia del lenguaje literal y metafórico en la comunicación diaria de la persona.
Antes de entrar en más detalles, quiero volver a hacer hincapié en dos hechos importantes sobre el Trastorno del Espectro Autista en general. En primer lugar, a pesar de la lista aparentemente clara de comportamientos que uno encuentra en Internet y en otras fuentes, se trata de un síndrome complejo que puede variar mucho de una persona a otra. Aunque he dicho que la literalidad y el uso del lenguaje metafórico son rasgos fundamentales del TEA, lo cierto es que estos dos rasgos pueden ser una parte menor del discurso de alguien aunque esa persona tenga autismo.
Conviene recordar que no hay dos personas con Trastorno del Espectro Autista que sean idénticas. Las descripciones generales del TEA son exactamente eso, caracterizaciones generales que pueden o no coincidir con la forma de comunicarse de un individuo.