Infanticidio
El filicidio es el acto deliberado de un padre que mata a su propio hijo. La palabra filicidio se deriva de las palabras latinas filius y filia (‘hijo’ e ‘hija’) y del sufijo -cide, que significa matar, asesinar o causar la muerte. La palabra puede referirse tanto al delito como al autor del mismo.
Un estudio del Departamento de Justicia de EE.UU. realizado en 1999 concluyó que las madres eran responsables de una mayor proporción de niños asesinados durante la infancia entre 1976 y 1997 en Estados Unidos, mientras que los padres tenían más probabilidades de ser responsables de los asesinatos de niños de ocho años o más[1] Los padres eran responsables del 61% de los asesinatos de niños menores de cinco años[2] A veces, en los casos de filicidio se produce una combinación de asesinato y suicidio. De media, según las estadísticas del FBI, 450 niños son asesinados por sus padres cada año en Estados Unidos[3].
Un estudio longitudinal en profundidad de 297 casos condenados por filicidio y 45 por filicidio-suicidio en el Reino Unido entre 1997 y 2006 mostró que el 37% de los autores tenían una enfermedad mental registrada en ese momento. Los diagnósticos más comunes eran los trastornos del estado de ánimo y los trastornos de la personalidad, más que la psicosis, pero esta última representaba el 15% de los casos. Sin embargo, al igual que en un amplio estudio danés, la mayoría no había tenido contacto con los servicios de salud mental antes de los asesinatos, y pocos habían recibido tratamiento. Las mujeres agresoras tenían más probabilidades de haber dado a luz en la adolescencia. Los padres tenían más probabilidades de haber sido condenados por delitos violentos y de tener un historial de abuso de sustancias, y eran más propensos a matar a múltiples víctimas. Los bebés tenían más probabilidades de ser víctimas que los niños mayores, y se sugirió una relación con la depresión posparto[4].
Estadísticas de filicidios
<p>En las últimas tres décadas, los padres estadounidenses han cometido filicidio -el asesinato de su hijo- unas 500 veces al año. Estos horripilantes casos suelen ser poco conocidos, pero un estudio reciente ofrece la primera visión estadística completa de este trágico fenómeno. Los autores también sugieren hipótesis subyacentes sobre los motivos con la esperanza de estimular la investigación sobre la prevención del filicidio.</p> <p>
Redacción – La siguiente publicación fue actualizada el 21 de julio de 2014. Las cifras globales y anuales de filicidios indicadas a continuación reflejan las correcciones realizadas a los datos del documento de investigación. Las demás cifras siguen siendo exactas.
“Saber más sobre la epidemiología de este delito ayudará, esperamos, a los médicos a identificar a las personas que están en riesgo de cometer este tipo de delitos y eso nos ayudará a la prevención, que es el objetivo final de esta investigación”, dijo Mariano.
El número total de casos citados en el artículo procede de un análisis de los datos brutos del FBI realizado por Fox y Swatt (2008). Su análisis amplió el número aparente de casos en los datos mediante la creación de cinco imputaciones de cada caso original en las que trataron de contabilizar probabilísticamente los datos que faltaban. En nuestro análisis secundario no filtramos los datos correctamente, contando por error los cinco casos imputados además del caso original, lo que llevó a un total erróneo de seis veces más casos. Ninguna de las interpretaciones de los datos, la discusión o las conclusiones del estudio se vieron afectadas.
Fratricidio
Es el más insondable de los crímenes: que un padre mate a su propio hijo. Acapara los titulares cuando ocurre, como esta semana en Georgia, donde una madre ha sido acusada de matar a cuatro de sus hijos a puñaladas. La realidad es que los filicidios ocurren con una regularidad deprimente en Estados Unidos. Y es casi tan probable que las madres sean las asesinas como los padres.
Por supuesto, nos escandalizamos cada vez que oímos hablar de un padre que quita la vida a sus propios hijos. Pensemos en Andrea Yates o Susan Smith. Pero lo que es aún más chocante (y triste) es que este tipo de crímenes se producen a menudo. Un estudio publicado en la revista Forensic Science International analizó tres décadas de casos de filicidio (entre 1976 y 2007) y descubrió que se producían unas 500 veces al año en Estados Unidos.
Pero más del 13% de las víctimas eran adultos, concretamente personas con edades comprendidas entre los 18 y los 40 años. Así que la amenaza del filicidio no desaparece cuando la gente tiene edad suficiente para irse a vivir sola.
Sólo el 10% de las víctimas fueron asesinadas por sus padrastros. Eso significa que el 90% de las víctimas eran hijos biológicos del asesino. Y los hijos (52%) tenían más probabilidades de ser asesinados que las hijas (38%).
Matricidio
El propósito de este estudio fenomenológico fue identificar los factores que ocurren comúnmente en los casos de filicidio-suicidio, para describir mejor este fenómeno y, en última instancia, para mejorar la prevención del asesinato de niños. Se revisaron los expedientes de treinta familias de la oficina del forense de un condado en busca de los factores más frecuentes en los casos de filicidio-suicidio. Los motivos de los padres para el filicidio-suicidio incluían motivos altruistas y psicóticos agudos. El doble de padres que de madres cometieron filicidio durante el periodo de estudio, y los niños mayores fueron víctimas con más frecuencia que los bebés. Los registros indicaban que los padres mostraban con frecuencia indicios de depresión o psicosis y que habían recibido atención sanitaria mental con anterioridad. Los datos apoyan la hipótesis de que los factores de riesgo tradicionales para la violencia parecen ser diferentes de los factores que se dan comúnmente en el filicidio-suicidio. Este estudio descriptivo representa un paso hacia la comprensión del riesgo de filicidio-suicidio.
Para investigar fenomenológicamente los factores que se dan comúnmente en los padres que matan a sus hijos y luego a sí mismos, se llevó a cabo una revisión retrospectiva de los registros en los casos de filicidio-suicidio de los forenses. Se obtuvo la aprobación de la Junta de Revisión Institucional de la Universidad Case Western Reserve/Hospitales Universitarios de Cleveland. Posteriormente, la oficina del forense del condado de Cuyahoga (el condado que abarca el área metropolitana de Cleveland, Ohio) concedió acceso a sus archivos completos de padres que cometieron “homicidio abatido por suicidio”. Los registros abarcaban desde 1958 hasta 2002. Los criterios de inclusión para el estudio fueron los padres que mataron a sus hijos biológicos (menores de 18 años) y se suicidaron en un plazo de 24 horas. Los archivos de padrastros que mataron a un hijastro y luego a ellos mismos no se incluyeron en el análisis debido a la posibilidad de identificar diferentes factores de riesgo.16