La dieta de las mujeres japonesas para la menopausia
Japón contaba con más de 125,5 millones de habitantes en 1995; la población está aumentando ligeramente en la actualidad. En 1950 contaba con 83,2 millones de personas y en 1975 con 111,9 millones. Se estima que la población crecerá hasta el año 2007, alcanzando un máximo de 127,7 millones, y que disminuirá a partir de entonces (Fig. 1). Se cree que la tendencia estadística dinámica de la población japonesa sigue la de Europa o Norteamérica.
El aumento de la población se debe a la mejora de la higiene ambiental, a los avances en el nivel de vida y al desarrollo de los servicios de atención médica. De hecho, las mejoras higiénicas y los avances en el nivel de vida han hecho que los japoneses estén más sanos y han provocado una reducción de la incidencia de muchas enfermedades infecciosas y de la consiguiente mortalidad. Al igual que en otros países, el desarrollo de los servicios de atención médica fue seguido de una reducción de la mortalidad neonatal. El descenso previsto de la población después de 2007 está relacionado con la disminución de la tasa de fecundidad, ya que cada vez más mujeres inician una carrera laboral y se casan tarde. La tasa de fecundidad total era de 1,50 en 1994, lo que implica una proporción decreciente de niños frente a la población activa.
Kamishoyosan
Japón contaba con más de 125,5 millones de habitantes en 1995; la población está aumentando ligeramente en la actualidad. En 1950 contaba con 83,2 millones de personas y en 1975 con 111,9 millones. Se estima que la población crecerá hasta el año 2007, alcanzando un máximo de 127,7 millones, y que disminuirá después (Fig. 1). Se cree que la tendencia estadística dinámica de la población japonesa sigue la de Europa o Norteamérica.
El aumento de la población se debe a la mejora de la higiene ambiental, a los avances en el nivel de vida y al desarrollo de los servicios de atención médica. De hecho, las mejoras higiénicas y los avances en el nivel de vida han hecho que los japoneses estén más sanos y han provocado una reducción de la incidencia de muchas enfermedades infecciosas y de la consiguiente mortalidad. Al igual que en otros países, el desarrollo de los servicios de atención médica fue seguido de una reducción de la mortalidad neonatal. El descenso previsto de la población después de 2007 está relacionado con la disminución de la tasa de fecundidad, ya que cada vez más mujeres inician una carrera laboral y se casan tarde. La tasa de fecundidad total era de 1,50 en 1994, lo que implica una proporción decreciente de niños frente a la población activa.
Kampo
Millones de mujeres estadounidenses sufren sofocos durante la menopausia, pero no muchas se dan cuenta de que la dieta puede tener mucho que ver con ello. Afortunadamente, los sofocos no tienen por qué ser una parte inevitable de la menopausia. De hecho, las mujeres de algunas culturas -en concreto, de Asia- apenas experimentan molestias por los sofocos. ¿Cuál es su secreto? Es muy probable que sea lo que hay en su plato.
Las investigaciones indican que la soja, un elemento importante en la dieta tradicional japonesa, puede ser útil para prevenir los sofocos en las mujeres. Las judías comestibles, especialmente la soja, contienen los compuestos genisteína y daidzeína, que son estrogénicos y ayudan a controlar los sofocos. Eso puede explicar por qué sólo el 7 por ciento de las mujeres japonesas menopáusicas sufren sofocos, en comparación con el 55 por ciento de las mujeres que viven en Estados Unidos, según las estimaciones de la doctora Lindsey Berkson en “El engaño de las hormonas”. De hecho, no existe una palabra japonesa para “sofocos”.
La autora de “Healing With Vitamins”, Alice Feinstein, escribe: “Si estás harta de la menopausia, múdate a Japón. En el país del sol naciente, los sofocos y los sudores nocturnos son prácticamente desconocidos. Los investigadores creen que tiene más que ver con su dieta tradicional. Además de aportar más proteínas vegetales y menos proteínas animales que una dieta occidental, también es baja en grasas y rica en productos de soja, como el tofu. Estos alimentos son ricos en compuestos vegetales conocidos como fitoestrógenos, que parecen imitar algunas de las actividades biológicas de las hormonas femeninas.”
Dieta japonesa
2, Kruskal-Wallis, Wilcoxon signed-rank y Mann-Whitney. P < 0,05 se consideró estadísticamente significativo.ResultadosUn total de 90 mujeres de mediana edad se inscribieron en el estudio y fueron asignadas al azar a los grupos de dosis ultrabaja (n = 30), dosis baja (n = 30) o placebo (n = 30); de ellas, 87 (97 %) completaron el período de tratamiento de 8 semanas (Fig. 1). Las características basales de los participantes que completaron el tratamiento de 8 semanas se muestran en la Tabla 1. Su edad media era de 48-51 años; el 38-66 % de las mujeres eran premenopáusicas, mientras que el 10-17 % eran perimenopáusicas, el 21-41 % eran posmenopáusicas y el 3-10 % tenían una menopausia inducida quirúrgicamente. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en las características basales entre los grupos del estudio, excepto en la puntuación media de los síntomas vasomotores de la MSS: al inicio del estudio, la puntuación en el grupo de dosis ultrabajas era más alta que en los otros grupos.Fig. 1Disposición de los participantesImagen a tamaño completo
Acceso abierto Este artículo se distribuye bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution 4.0 International License (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/), que permite su uso, distribución y reproducción sin restricciones en cualquier medio, siempre que se cite al autor o autores originales y la fuente, se facilite un enlace a la licencia Creative Commons y se indique si se han realizado cambios.