La menopausia suda todo el tiempo
La menopausia es una experiencia universal para todas las mujeres que tienen un ciclo menstrual. Como si los años de lidiar con un período no fueran lo suficientemente estresantes, la menopausia trae su propio lote de cambios y experiencias corporales. La menopausia y el sudor tienen un desafortunado vínculo. Algunos de los síntomas más notorios que provoca la menopausia son los sofocos, los sudores nocturnos y la sudoración excesiva. Estos síntomas pueden ser difíciles de sobrellevar para algunos y francamente debilitantes para otros. Si usted o un ser querido está luchando por lidiar con estos síntomas específicos, siga leyendo para conocer estos datos cruciales sobre la menopausia y la sudoración.
La sudoración es uno de los primeros y más comunes indicios de una menopausia inminente. Hasta el 75% de las mujeres que están en la perimenopausia o la menopausia experimentan sofocos y sudores nocturnos en diversos grados. Esto significa que estos síntomas afectan a un mayor número de mujeres, por lo que son muy comunes. Lo que es más preocupante es que entre el 25% y el 30% de las mujeres que experimentan sofocos y sudores nocturnos los síntomas serán tan graves que interferirán en su calidad de vida. Por suerte, para aquellas personas con síntomas graves debidos a la menopausia y la sudoración existen tratamientos eficaces que pueden ayudar[1].
Sudores nocturnos: menopausia o cáncer
Casi todas las mujeres experimentan síntomas en la menopausia. La mayoría de las mujeres consideran que estos síntomas son manejables y deciden no someterse a tratamiento. Cuando los síntomas son especialmente graves o prolongados, hay una serie de formas de controlarlos.
Puede reducir el impacto de los sofocos si puede identificar y evitar cualquier cosa que pueda desencadenarlos, por ejemplo, las bebidas calientes, el clima caluroso, las circunstancias estresantes, las comidas picantes. A algunas mujeres les resulta útil vestirse en capas para poder enfriarse más rápidamente. A algunas les resulta útil un ventilador. Las técnicas de reducción del estrés, como la atención plena o la meditación, también pueden ayudar a aliviar este síntoma.
Los sudores nocturnos que perturban el sueño son uno de los síntomas más molestos de la menopausia. Llevar ropa de cama ligera y transpirable o dormir desnuda puede ayudar a aliviar este síntoma. Algunas mujeres utilizan fundas de cama separadas de sus parejas para evitar el sobrecalentamiento nocturno. Un ventilador en el dormitorio también puede ayudar.
Se ha demostrado que varios medicamentos recetados reducen los sofocos y los sudores nocturnos. Por desgracia, no mejoran la sequedad vaginal. Los medicamentos recetados para los sofocos y los sudores incluyen:
Sofocos en la menopausia
La hiperhidrosis es una enfermedad caracterizada por una sudoración excesiva, es decir, la producción de más sudor del necesario para regular la temperatura corporal. Está causada por estímulos no termorreguladores, es decir, por estímulos distintos del calor. Normalmente, el cuerpo sólo suda cuando se calienta.
La hiperhidrosis generalizada se refiere a la hiperhidrosis que afecta a todo el cuerpo. También se conoce como hiperhidrosis secundaria, ya que suele surgir como consecuencia de otros trastornos médicos, sobre todo endocrinos (relacionados con las hormonas) e infecciosos. La hiperhidrosis generalizada también puede producirse por una desregulación del sistema nervioso autónomo o por trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson o una lesión de la médula espinal.
Aunque la hiperhidrosis que se manifiesta de forma secundaria a (como resultado de) otro trastorno médico suele afectar a todo el cuerpo, también puede producirse en lugares anatómicos distintos. La hiperhidrosis generalizada que afecta a distintas zonas rara vez es secundaria a una enfermedad y suele ser consecuencia de:
Cómo evitar los sudores nocturnos por la medicación
Los sofocos, un síntoma común de la transición a la menopausia, son incómodos y pueden durar muchos años. Cuando se producen por la noche, los sofocos se denominan sudores nocturnos. Algunas mujeres consideran que los sofocos interrumpen su vida cotidiana. Las investigaciones han demostrado que puede haber diferentes patrones de cuándo las mujeres experimentan los sofocos por primera vez y durante cuánto tiempo, y que las mujeres afroamericanas e hispanas tienen sofocos durante más años que las mujeres blancas y asiáticas.
Es posible que decida que no necesita cambiar su estilo de vida ni investigar opciones de tratamiento porque sus síntomas son leves. Pero, si le molestan los sofocos, hay algunas medidas que puede tomar. Intente tomar nota de lo que desencadena sus sofocos y de cuánto le molestan. Esto puede ayudarle a tomar mejores decisiones para controlar sus síntomas.
Antes de considerar la medicación, intente primero hacer cambios en su estilo de vida. Si los sofocos le mantienen despierta por la noche, baje la temperatura de su dormitorio y pruebe a beber pequeñas cantidades de agua fría antes de acostarse. Coloque la ropa de cama en capas para poder ajustarla según sea necesario y encienda un ventilador. Aquí tienes otros cambios en tu estilo de vida que puedes hacer: