Endometrio postmenopáusico
La ecografía pélvica es la modalidad de imagen de elección para evaluar el útero, el cuello uterino, los ovarios y los anexos. En la paciente posmenopáusica, se realiza por una variedad de razones, pero más a menudo para la evaluación de la hemorragia posmenopáusica o una masa anexial. Esta actividad revisa la ecografía pélvica en la paciente posmenopáusica y destaca el papel del equipo interprofesional en la realización y evaluación de estos estudios de imagen.
La ecografía es la primera modalidad de imagen de elección para la pelvis femenina. Permite obtener imágenes del útero, el cuello uterino, los ovarios y los anexos en tiempo real, de forma rápida y portátil, sin necesidad de utilizar radiación ionizante. Aquí pretendemos resumir el uso de la ecografía pélvica en la población posmenopáusica específicamente.
Cambios después de la menopausiaEn general, se aplican los mismos principios cuando se obtienen imágenes de la pelvis posmenopáusica en términos de anatomía[1]. Es importante ser consciente de los cambios ecográficos después de la menopausia debido a los cambios hormonales normales.ÚteroExcluyendo patologías como los fibromas o la adenomiosis, el útero posmenopáusico tiende a ser más pequeño en tamaño total (medido por la longitud uterina, la altura uterina y la anchura uterina) en comparación con el útero en edad reproductiva. El útero puede seguir disminuyendo de tamaño durante toda la menopausia[2]. Además, se produce una reducción de la relación entre el corpus y el cuello uterino en las mujeres posmenopáusicas, de modo que vuelve a tener una configuración más parecida a la que se observa en el útero pediátrico o prepuberal[3]. El endometrio posmenopáusico normal debe ser delgado y parecer atrófico. OvariosLos ovarios posmenopáusicos también parecerán más pequeños y homogéneos, con pequeños folículos hipoecoicos ocasionales en la ecografía en comparación con los que se encuentran en las mujeres en edad reproductiva. Por ello, puede ser habitual no visualizar los ovarios en la ecografía en una mujer posmenopáusica, y esto no debe ser motivo de preocupación. Al igual que el útero, los ovarios pueden seguir disminuyendo de volumen durante la menopausia[2].
Grosor normal del endometrio
EL ANÁLISIS INTERNACIONAL DE TUMORES ENDOMETRIALES (IETA)El grupo de Análisis Internacional de Tumores Endometriales (IETA) se formó en Chicago en el Congreso Mundial de Ecografía en Obstetricia y Ginecología en 2008 con el objetivo de acordar términos y definiciones para describir los hallazgos ecográficos en la cavidad uterina. Se elaboró una opinión de consenso del grupo de Análisis Internacional de Tumores Endometriales (IETA) sobre los términos, definiciones y mediciones para describir las características ecográficas del endometrio y las lesiones intrauterinas[2].ESTUDIO DEL ENDOMETRIO EN LA MENOPAUSIA DIRECTRICES DE LA IETA:Cuantitativo:Grosor del endometrio-visible, interupuesto, invisibleCualitativo:
Color-DopplerLa puntuación del Color-Doppler es una evaluación subjetiva de la cantidad de color, que refleja la vascularidad, y se puntúa comoa.1 (sin color), b.2 (color mínimo), c.3 (color moderado) d. 4(color abundante).El patrón vascular puede ser un
El pólipo de aspecto normal tendrá un potencial maligno o premaligno del 6%Sin medir no es necesariamente fino hay que tener cuidado con el cáncer 5 %Realizar siempre hidrosonohisterografíaLa sensibilidad para detectar CE a 3 mm es del 98%, a 4 mm es del 95% y a 5 mm es del 90%. Sin embargo, el uso de un umbral bajo se asocia a una alta tasa de falsos positivos. En las mujeres con una morfología homogénea y normal, las que reciben THM y la medicación hipertensiva, el grosor combinado aceptable es de 6 mmUna ecogenicidad focal aumentada o una heterogeneidad difusa en el endometrio en un endometrio delgado -Muestreo endometrial[6]COMPRENSIÓN DEL GROSOR ENDOMETRIAL EN LAS MUJERES ASINTOMÁTICASEn una mujer posmenopáusica temprana asintomática, un grosor endometrial de >11 debe provocar una biopsia endometrial[7]HIPERPLASIA ENDOMETRIAL
Hemorragia posmenopáusica
La ecografía transvaginal (TVS) se realiza de forma rutinaria como parte de una ecografía pélvica en mujeres posmenopáusicas, y con frecuencia se obtienen imágenes del endometrio. En las mujeres sin hemorragia vaginal, se desconoce el umbral que separa el endometrio normal del anormalmente engrosado. El objetivo de este estudio era determinar un umbral de grosor del endometrio que debería motivar una biopsia en una mujer posmenopáusica sin sangrado vaginal.
Se trataba de una cohorte teórica de mujeres posmenopáusicas de 50 años o más que no recibían terapia hormonal. Se determinó el riesgo de cáncer para una mujer posmenopáusica con sangrado vaginal cuando el grosor del endometrio mide > 5 mm, y luego se determinó el grosor del endometrio en una mujer sin sangrado vaginal que se asociaría con el mismo riesgo de cáncer. Se utilizaron datos publicados y no publicados para determinar la sensibilidad y especificidad de la ETV, la incidencia de cáncer de endometrio, el porcentaje de mujeres sintomáticas con sangrado vaginal y el porcentaje de cáncer que se produce en mujeres sin sangrado vaginal. Los rangos de cada estimación se incluyeron en un análisis de sensibilidad para determinar el impacto de cada estimación en los resultados generales.
Síntomas del cáncer de endometrio
El cáncer de endometrio (CE) es la neoplasia ginecológica más frecuente en los países desarrollados, y su incidencia está aumentando en relación con ciertas características de las pacientes que han aumentado considerablemente en las últimas décadas, como el envejecimiento y la obesidad.1 El número de nuevos casos de CE en Europa en 2018 fue de 121.578, con 29.638 muertes. Los factores de riesgo individuales relacionados con el desarrollo del CE son la nuliparidad, la obesidad, el síndrome de ovario poliquístico, la menarquia temprana y la menopausia tardía.2 Las mujeres con síndrome de cáncer colorrectal hereditario sin poliposis tienen una incidencia acumulada estimada de CE del 20% al 60% a la edad de 70 años. Aunque la mayoría de los CE se diagnostican en la menopausia, entre el 5% y el 30% de los casos se diagnostican en la premenopausia, con un riesgo del 1,33%.3,4 Como en toda neoplasia, el diagnóstico precoz y preciso es el primer paso fundamental para garantizar un tratamiento adecuado y maximizar la supervivencia global. La tecnología de la ecografía transvaginal (ETV) en los últimos 20 años ha aumentado significativamente la capacidad de los médicos para investigar el endometrio, y se ha descubierto que es una herramienta precisa y no invasiva para el diagnóstico temprano y también para la estadificación de la enfermedad.5