Hemorragia posmenopáusica
Dirección para la correspondencia: Sa Ra Lee, Departamento de Obstetricia y Ginecología, Asan Medical Center, University of Ulsan College of Medicine, 88 Olympic-ro 43-gil, Songpa-gu, Seúl 05505, Corea. Tel: 82-2-3010-3648, Email: leesr@amc.seoul.kr
Se revisaron retrospectivamente los casos de pacientes con biopsia de tejido endometrial desde enero de 2010 hasta diciembre de 2016. También recogimos los hallazgos histeroscópicos flexibles de la oficina y los resultados patológicos quirúrgicos. Analizamos los datos de 393 pacientes con patología endometrial confirmada. Entre estas pacientes, 69 tenían imágenes ecográficas transvaginales con endometrio uterino grueso y apariencia de panal o “queso suizo”.
Encontramos afecciones ginecológicas como el leiomioma submucoso con degeneración, el pólipo endometrial, el cambio endometrial pseudoquístico asociado al uso de tamoxifeno, el cambio endometrial asociado a la progesterona, la piometra, la retención de placenta y las sinequias uterinas que se manifiestan con un endometrio grueso similar con aspecto de “queso suizo” en las imágenes ecográficas transvaginales. El diagnóstico más frecuente en las mujeres posmenopáusicas fue la endometritis atrófica, seguida del cáncer de endometrio y los pólipos endometriales. El diagnóstico más frecuente en las mujeres premenopáusicas fue la hemorragia uterina anormal sin condiciones patológicas.
Aumento de peso por endometriosis
El cáncer de endometrio (CE) es la neoplasia ginecológica más frecuente en los países desarrollados, y su incidencia está aumentando en relación con ciertas características de las pacientes que han aumentado considerablemente en las últimas décadas, como el envejecimiento y la obesidad.1 El número de nuevos casos de CE en Europa en 2018 fue de 121.578, con 29.638 muertes. Los factores de riesgo individuales relacionados con el desarrollo del CE son la nuliparidad, la obesidad, el síndrome de ovario poliquístico, la menarquia temprana y la menopausia tardía.2 Las mujeres con síndrome de cáncer colorrectal hereditario sin poliposis tienen una incidencia acumulada estimada de CE del 20% al 60% a la edad de 70 años. Aunque la mayoría de los CE se diagnostican en la menopausia, entre el 5% y el 30% de los casos se diagnostican en la premenopausia, con un riesgo del 1,33%.3,4 Como en toda neoplasia, el diagnóstico precoz y preciso es el primer paso fundamental para garantizar un tratamiento adecuado y maximizar la supervivencia global. La tecnología de la ecografía transvaginal (ETV) en los últimos 20 años ha aumentado significativamente la capacidad de los médicos para investigar el endometrio, y se ha descubierto que es una herramienta precisa y no invasiva para el diagnóstico temprano y también para la estadificación de la enfermedad.5
Síntomas del cáncer de endometrio
La ecografía transvaginal (TVS) se realiza de forma rutinaria como parte de una ecografía pélvica en mujeres posmenopáusicas, y con frecuencia se obtienen imágenes del endometrio. En las mujeres sin hemorragia vaginal, se desconoce el umbral que separa el endometrio normal del anormalmente engrosado. El objetivo de este estudio era determinar un umbral de grosor del endometrio que debería motivar una biopsia en una mujer posmenopáusica sin sangrado vaginal.
Se trataba de una cohorte teórica de mujeres posmenopáusicas de 50 años o más que no recibían terapia hormonal. Se determinó el riesgo de cáncer para una mujer posmenopáusica con sangrado vaginal cuando el grosor del endometrio mide > 5 mm, y luego se determinó el grosor del endometrio en una mujer sin sangrado vaginal que se asociaría con el mismo riesgo de cáncer. Se utilizaron datos publicados y no publicados para determinar la sensibilidad y especificidad de la ETV, la incidencia de cáncer de endometrio, el porcentaje de mujeres sintomáticas con sangrado vaginal y el porcentaje de cáncer que se produce en mujeres sin sangrado vaginal. Los rangos de cada estimación se incluyeron en un análisis de sensibilidad para determinar el impacto de cada estimación en los resultados generales.
Endometrio postmenopáusico
La figura 2 muestra el diagnóstico histológico tras la biopsia inicial con Pipelle® en pacientes con una TE ≥ 4 mm. El 88% (n = 441) de la cohorte elegible se sometió a un Pipelle®; el 3,8% (n = 19) tuvo un intento fallido de Pipelle® y el 8,2% (n = 41) fue citado para histeroscopia sin intentar una biopsia; el 11,3% (n = 50) de la cohorte que se sometió a una biopsia Pipelle® fue diagnosticada de cáncer de endometrio y el 2% (n = 9) de hiperplasia compleja con atipia grave. En el plazo de un mes desde la cita inicial, otras 222 mujeres se sometieron a una biopsia por histeroscopia en su mayor parte en el ámbito ambulatorio. Esto se debió a la sospecha de un pólipo, a la insuficiencia o al fracaso del Pipelle®, a la incapacidad de medir la TE en la ETV o al PMB recurrente. Un porcentaje de 18,5 (n = 41) fueron diagnosticadas o confirmadas de cáncer de endometrio; el 66,7% (n = 6) de las que presentaban atipia grave en la biopsia Pipelle® inicial (n = 9) fueron elevadas a cáncer y el 27,3% (n = 3) de las que presentaban atipia leve en la biopsia Pipelle® inicial (n = 11) fueron elevadas a cáncer con la biopsia dirigida realizada en la histeroscopia. En dos mujeres que tuvieron intentos fallidos de biopsia Pipelle® en el RAC se confirmó que tenían cáncer en la histeroscopia.Fig. 2Diagnóstico histológico tras la biopsia endometrial Pipelle® inicial (n = 441) y la histeroscopia (n = 222)Imagen a tamaño completo