Lista de sentimientos y emociones
Aunque, en realidad, sugirió moderadamente que las lenguas inuit y yupik contienen algunas palabras más para referirse a la nieve que otras lenguas, y su teoría más tarde se convirtió en una bola de nieve (sin juego de palabras) fuera de control, convirtiéndose en una gran exageración.
Como sociedad, desarrollamos un vocabulario para los conceptos más relevantes para nosotros y nuestro estilo de vida y, a su vez, las palabras que utilizamos para matizar nuestra visión de la realidad. La hipótesis de la relatividad lingüística o hipótesis Sapir-Whorf se refiere a este comportamiento.
Por ejemplo, “dépaysement”, que se refiere a la sensación de estar lejos de casa, tanto buena como mala, se expresa en francés original. Podemos tener la tentación de pensar que su significado es similar al de “homesickness”, utilizado en inglés, pero es singularmente distinto.
Cualquiera que hable más de una lengua puede atestiguar que a veces no existe una palabra exacta equivalente para una emoción concreta en otro idioma, lo que da cierta validez a la hipótesis de la relatividad lingüística.
Para clasificar las emociones, el libro The Hourglass of Emotions (El reloj de arena de las emociones) identificó cuatro dimensiones emocionales diferentes con intensidades que varían en un espectro de puntos de +3 a -3 (por ejemplo, con el éxtasis en +3 y su opuesto, la pena, en -3).
Lista de emociones negativas
La doctora Barbara L. Fredrickson es una destacada académica de la psicología social, la ciencia afectiva y la psicología positiva, y lleva más de 20 años estudiando y avanzando en la ciencia de las emociones positivas. Entre sus muchos logros y honores, Barbara Fredrickson es la más reconocida por su teoría de ampliación y construcción de las emociones positivas.
Su investigación y la base de su libro “Positivity: Una investigación de primera revela la proporción de 3 a 1 que cambiará su vida”, explica que para prosperar en la vida, lo que el Diccionario de Cambridge define como crecer, desarrollarse o tener éxito, debemos tener tres experiencias emocionales positivas por cada experiencia emocional negativa.
Además de simplemente “sentirnos bien”, entre los muchos beneficios psicológicos, la experiencia de emociones positivas amplía nuestra mente, aumenta la creatividad y nos hace más ingeniosos y resistentes frente a cosas como el estrés, lo que, a su vez, afecta positivamente a todas las áreas de nuestra vida, incluida nuestra satisfacción en el trabajo, nuestras conexiones sociales, la productividad laboral y mucho más. Basta pensar en cómo las emociones positivas pueden contribuir a nuestro compromiso en el trabajo.
Sentimientos negativos
Por suerte, no es necesario experimentarlos todo el tiempo para aprovechar los beneficios de las emociones positivas. Estos momentos a menudo fugaces pueden ser los que hacen que todo el trabajo duro y la lucha en la vida merezcan la pena, la especia que da sabor a tu vida.
Antes de continuar, hemos pensado que te gustaría descargarte gratis nuestros tres Ejercicios de Inteligencia Emocional. Estos ejercicios de base científica no sólo mejorarán tu capacidad para comprender y trabajar con tus emociones, sino que también te darán las herramientas necesarias para fomentar la inteligencia emocional de tus clientes, alumnos o empleados.
Las implicaciones de abrazar un punto de vista sobre el otro son fascinantes, pero para los fines de la comprensión de las emociones positivas y su papel en la psicología, no es necesario elegir entre los dos campos; si podemos elegir conscientemente nuestras emociones positivas o si son el resultado directo de alguna acción o experiencia, son principalmente sus efectos los que interesan al profesional de la psicología positiva.
Palabras de sentimientos
También puedes repasar tu lista de emociones al final del día y anotar cuándo has sentido distintas emociones positivas. ¿Te sentiste orgulloso después de jugar bien en el campo de fútbol? ¿Te alegraste cuando tus amigos se acordaron de tu cumpleaños? ¿Te hizo gracia que tu profesor de historia sacara el cómico que llevaba dentro durante la clase de ese día?
Identifica una emoción positiva que quieras aumentar. Digamos que quieres sentir más alegría. Piensa en situaciones o actividades que hayas vivido y que te hayan hecho ser consciente de tu alegría. Escribe todas las que puedas.
Cuando sepas qué provoca la emoción que quieres aumentar, decide cómo incorporar esas actividades u otras parecidas a tu vida cotidiana. Elige cosas que sean lo bastante realistas como para hacerlas todos los días. Puede que no puedas pasear por la playa, pero aún así podrías sentir alegría escuchando una canción que te recuerde a las vacaciones.
Comprométete a realizar una o varias acciones diarias que aumenten el sentimiento que deseas tener en tu vida. Dedique tiempo a estas experiencias. Considéralas el equivalente emocional de las “5 frutas y verduras al día”: ¡son buenas para tu salud emocional!