Miedo a hablar
El miedo es una emoción intensamente desagradable en respuesta a la percepción o reconocimiento de un peligro o amenaza. El miedo provoca cambios fisiológicos que pueden producir reacciones de comportamiento como montar una respuesta agresiva o huir de la amenaza. El miedo en los seres humanos puede producirse como respuesta a un determinado estímulo que se produce en el presente, o como anticipación o expectativa de una amenaza futura percibida como un riesgo para uno mismo. La respuesta de miedo surge de la percepción de peligro que lleva a la confrontación o a la huida de la amenaza (también conocida como respuesta de lucha o huida), que en casos extremos de miedo (horror y terror) puede ser una respuesta de congelación o parálisis.
En los seres humanos y otros animales, el miedo está modulado por el proceso de cognición y aprendizaje. Así, el miedo se juzga como racional o apropiado e irracional o inapropiado. Un miedo irracional se denomina fobia.
El miedo está estrechamente relacionado con la emoción ansiedad, que se produce como resultado de amenazas que se perciben como incontrolables o inevitables.[1] La respuesta de miedo sirve para la supervivencia al engendrar respuestas conductuales apropiadas, por lo que se ha conservado a lo largo de la evolución.[2] Las investigaciones sociológicas y organizativas también sugieren que los miedos de los individuos no dependen únicamente de su naturaleza, sino que también están moldeados por sus relaciones sociales y su cultura, que guían su comprensión de cuándo y cuánto miedo sentir.[3][página necesaria].
Miedo a molestar a los demás
En este artículo, reunimos teorías ecológicas y datos empíricos de una variedad de campos relacionados en un intento de crear un modelo unificado de cómo los humanos predicen, responden, controlan y aprenden sobre el peligro. Discutiremos las teorías jerárquicas de la amenaza, cómo estas jerarquías están representadas dentro de una arquitectura neural global, y presentaremos pruebas de los componentes de un sistema de optimización de la supervivencia en los humanos, que es consistente con (c.f. Blanchard et al., 2011), y a veces distinto de los observados en otros animales. El Sistema de Optimización de la Supervivencia (SOS) se basa en la suposición de que un conjunto de sistemas ha evolucionado para evitar y combatir las amenazas que suponen un peligro para la aptitud de la especie. Estos se extienden desde los sistemas neurocognitivos que predicen el entorno sensorial, la orientación hacia la amenaza potencial, la evaluación de la amenaza y las posibilidades de escape, hasta las reacciones defensivas cableadas instanciadas por los sectores más antiguos del sistema nervioso. Estas estrategias de supervivencia están dirigidas por sistemas moduladores que incluyen la evaluación cognitiva y los sistemas de aprendizaje.
Ansiedad social
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La antropofobia, o el miedo a las personas, es una fobia comúnmente mal entendida. A menudo se asemeja a la fobia social, pero no es precisamente el mismo miedo. Dependiendo de la gravedad, la antropofobia puede provocar una reacción fóbica incluso en compañía de una sola persona.
La fobia social es un diagnóstico que abarca una amplia gama de temores sociales. Algunas personas sólo temen situaciones específicas, como hablar en público o comer delante de la gente. Otras tienen miedo a prácticamente todas las situaciones sociales. Sin embargo, en la fobia social, el foco del miedo es la situación social en la que el individuo se expone al posible escrutinio de los demás.
En la antropofobia, el miedo es literalmente a otras personas, independientemente de la situación en la que se encuentren. Los familiares conocidos por ser amables y cariñosos se perciben como el mismo nivel de amenaza que los desconocidos en un autobús abarrotado.
Miedo a las trampas
A. Reif declara haber recibido financiación para la investigación de la Comisión Europea (CoCA, Eat2BeNICE), del Ministerio de Educación e Investigación alemán (BipoLife) y de la Fundación Alemana de Investigación (CRC 1193 Z03), así como honorarios como conferenciante y como miembro del consejo asesor de Janssen, Servier, Medice, Shire y neuraxpharm. J. Deckert afirma haber sido co-receptor de una subvención de investigación del Gobierno del Estado de Baviera a BioVariance y un investigador en una subvención europea a P1Vital. M. Gamer informa de haber recibido financiación para investigación del Consejo Europeo de Investigación (ERC 2013-StG #336305). P. Pauli declara haber recibido financiación para investigación de Volkswagenstiftung (A124277) y que es accionista de una empresa comercial (VTplus) que desarrolla sistemas de investigación de realidad virtual. Los demás autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Transl Psychiatry 9, 307 (2019). https://doi.org/10.1038/s41398-019-0646-8Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard