Terminología médica | Fobias | Lección 1
La entomofobia es el “miedo irracional o irrazonable a los insectos”, y a menudo se considera junto con la aracnofobia, el miedo a las arañas. Las personas con entomofobia experimentan diversos grados de ansiedad cuando se encuentran con un insecto. Los síntomas y comportamientos incluyen evitar las zonas en las que se pueden encontrar insectos, aumento del ritmo cardíaco, sentimientos de miedo e incluso inmovilización (Hardy, 1988).
Los psicólogos y conductistas han intentado explicar los orígenes y los inicios de la entomofobia. Una de las explicaciones afirma que estas fobias provienen de “miedos comunes innatos a objetos naturales y potencialmente dañinos”, donde es evolutivamente ventajoso y adaptativo desarrollar un miedo a los insectos y las arañas. Las fobias también pueden desencadenarse a través de experiencias negativas pasadas, como la picadura de una avispa o la subida de una cucaracha por la pierna (Hardy, 1988).
Una explicación interesante, aunque extraña, de la entomofobia se basa en la conexión entre los insectos y los sueños. Sigmund Freud sugiere que los sueños con insectos y la entomofobia son el resultado de una infancia sexual y agresiva reprimida. Uno podría superar su fobia conquistando el objeto del miedo en sueños (por ejemplo, matando una cucaracha en un sueño) (Hardy, 1988; Klein, 2012). James Hillman (1988) sugiere tres “fantasías” para explicar la entomofobia:
¿Qué es la ENTOMOFOBIA? ¿Qué es lo que
¿La visión de una cucaracha correteando por el suelo de su cocina le llena de temor? Cuando viaja, ¿se obsesiona con la posibilidad de que el hotel o el centro turístico donde se aloja esté infestado de chinches? ¿Le entra un sudor frío en cuanto detecta el zumbido revelador de algún insecto volador? ¿La mera mención de la palabra “chinche” le evoca imágenes de bichos espeluznantes?
Los amigos y la familia pueden burlarse, y algunos pueden incluso acusarle de ser un cobarde. La vergüenza sólo agrava el problema. ¿Por qué algo tan insignificante debería asustarle tanto? Al fin y al cabo, la mayoría de los bichos son relativamente inofensivos y se eliminan fácilmente con un pisotón oportuno o una inyección de insecticida bien dirigida. Además, muchos insectos son realmente beneficiosos. ¿Quién puede imaginar un jardín sin mariquitas y mariposas, o una noche de verano sin luciérnagas y grillos?
Por muy tranquilizadores que sean en abstracto, los argumentos lógicos no ayudan mucho cuando te encuentras paralizado en presencia de un chinche. Si sus síntomas afectan drásticamente a su capacidad para vivir lo que consideraría una existencia normal, su ansiedad no es cosa de risa. Es posible que sufra de entomofobia, que, según la Revista Turca de Parasitología, es un miedo anormal y persistente a los insectos. Como todas las fobias, la entomofobia (o insectofobia) es una afección que debe tomarse en serio. Al igual que no nos burlaríamos de las personas que sufren ataques de pánico en espacios cerrados (claustrofobia) o cuya ansiedad social es tan grave que no pueden salir de casa (agorafobia), debemos respetar la angustia asociada a la fobia a los insectos.
Consejos sencillos para superar la fobia a las ratas y los ratones
La entomofobia es una fobia específica caracterizada por un miedo excesivo o irreal a una o más clases de insectos, y clasificada como fobia por el DSM-5.[1] Entre los casos más específicos se encuentran la katsaridafobia (miedo a las cucarachas), la melisofobia (miedo a las abejas), la mirmecofobia (miedo a las hormigas) y la lepidopterofobia (miedo a las polillas y mariposas). Un libro afirma que el 6% de los habitantes de EE.UU. tiene esta fobia[2].
La entomofobia puede desarrollarse de varias maneras. Una de ellas es teniendo una experiencia aterradora o si la persona cree que el insecto es peligroso. Por ejemplo, si la persona cree que una mariposa es venenosa, hará todo lo posible para evitar acercarse a ella.
La entomofobia puede desarrollarse después de que la persona haya tenido una experiencia traumática con el insecto o los insectos en cuestión. Puede desarrollarse a una edad temprana o avanzada y es bastante común entre las fobias a los animales. Normalmente se tiene miedo a un tipo específico de insecto, pero en algunos casos puede abarcar la mayoría, si no todos los demás insectos, y posiblemente otros animales del filo Arthropoda. La entomofobia conlleva cambios de comportamiento: la persona con entomofobia evitará las situaciones en las que pueda encontrarse con el tipo específico de insecto. La terapia cognitivo-conductual se considera un tratamiento eficaz[1].
La mejor manera de superar los miedos
El miedo extremo a los insectos se llama entomofobia y es una de las formas más comunes de fobia. Provoca pánico y ansiedad aguda en sus víctimas, pero hay formas eficaces de deshacerse de él, como la realidad virtual, la medicación, etc. Los psicólogos ofrecen terapia de realidad virtual para ayudar a los clientes a superar este miedo mediante la participación en situaciones de riesgo en un entorno virtual seguro. Estos especialistas utilizan parámetros de control para ajustar el entorno generado por ordenador. Los complejos entornos virtuales consisten en replicar aspectos del mundo real mediante vistas de 360 grados, gráficos en 3D y sonido.
La idea de estar rodeado de insectos puede provocar síntomas físicos y mentales indeseables, como sensaciones repentinas de intensa ansiedad/miedo al pensar o ver un insecto, opresión en el pecho, sudoración, sequedad de boca, temblores, ataques de pánico y náuseas.
La tecnología de RV es esencial durante la terapia de exposición (una opción de tratamiento en la que los pacientes son introducidos gradualmente a estímulos traumáticos). En el entorno virtual, el paciente interactúa de forma segura con representaciones de entomofobia como arañas, avispas y abejas.