Miedo a los espacios abiertos
La agorafobia[1] es un trastorno mental y conductual,[5] concretamente un trastorno de ansiedad caracterizado por síntomas de ansiedad en situaciones en las que la persona percibe que su entorno es inseguro y no tiene una forma fácil de escapar[1]. Estas situaciones pueden incluir espacios abiertos, transporte público, centros comerciales o simplemente estar fuera de casa[1]. Estar en estas situaciones puede provocar un ataque de pánico[2]. Los afectados harán todo lo posible por evitar estas situaciones[1]. En casos graves, las personas pueden llegar a ser completamente incapaces de salir de casa[2].
Se cree que la agorafobia se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales[1]. La afección suele ser hereditaria y los acontecimientos estresantes o traumáticos, como la muerte de uno de los padres o un ataque, pueden ser un factor desencadenante[1]. En el DSM-5 la agorafobia se clasifica como una fobia junto con las fobias específicas y la fobia social. [1] [3] Otras afecciones que pueden producir síntomas similares son la ansiedad por separación, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno depresivo mayor.[1] Se ha demostrado que el diagnóstico de agorafobia es comórbido con la depresión, el abuso de sustancias y la ideación suicida.[6] [7]
Agorafobia paralizante deutsch
OverviewLa agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que se teme y se evitan lugares o situaciones que pueden causar pánico y hacer que se sienta atrapado, indefenso o avergonzado. Se teme una situación real o prevista, como utilizar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer cola o estar entre una multitud.
La ansiedad está causada por el miedo a que no haya una forma fácil de escapar o de conseguir ayuda si la ansiedad se intensifica. La mayoría de las personas que padecen agorafobia la desarrollan después de haber sufrido uno o más ataques de pánico, lo que les hace preocuparse por la posibilidad de sufrir otro ataque y evitar los lugares en los que puede volver a ocurrir.
Las personas con agorafobia suelen tener dificultades para sentirse seguras en cualquier lugar público, especialmente donde se reúnen multitudes. Pueden sentir que necesitan un acompañante, como un pariente o un amigo, para que les acompañe a los lugares públicos. El miedo puede ser tan abrumador que puede sentirse incapaz de salir de casa.
El tratamiento de la agorafobia puede ser un reto porque suele significar enfrentarse a sus miedos. Pero con psicoterapia y medicamentos, puede escapar de la trampa de la agorafobia y vivir una vida más agradable.
Fobia a la pérdida
Mientras que la agorafobia suele asociarse con el miedo a estar atrapado solo en un espacio abierto, la claustrofobia es el miedo a estar atrapado en un lugar cerrado. A menudo existe una fuerte asociación entre las dos fobias; muchas de las personas que tienen miedo a los espacios grandes y abiertos también parecen tener miedo a los espacios pequeños y cerrados. Aproximadamente una de cada diez personas sufre algún tipo de claustrofobia -desde leve hasta marcada-, y alrededor del 2% de la población padece claustrofobia grave. El miedo comienza en la infancia en aproximadamente un tercio de los claustrofóbicos, y parece que hay más mujeres que hombres que sufren este trastorno.
Uno de los signos más comunes de la claustrofobia es la negativa del individuo a viajar en un ascensor cerrado. Otros temores claustrofóbicos comunes son los armarios, los túneles, los aviones y ciertas máquinas de pruebas médicas, como la resonancia magnética, el tratamiento con oxígeno hiperbárico y la tomografía computarizada.
La realidad virtual proporciona un entorno para que los clientes se expongan a estas situaciones sin los problemas habituales de pérdida de confidencialidad o riesgo para la seguridad personal. En la consulta del terapeuta, el cliente recibe habilidades de afrontamiento y relajación antes de la exposición. Los entornos virtuales permiten al cliente experimentar diversos grados de ansiedad relacionados con ascensores, túneles y otros espacios cerrados.
Fobia a las cosas grandes
Una fobia es el nombre elegante de un miedo. Pero una fobia no es cualquier tipo de miedo. Es normal que los niños tengan miedo a cosas, como hacer un examen difícil en el colegio, cruzarse con un perro que gruñe en la calle o escuchar un gran trueno.
Una fobia es diferente porque es un miedo muy fuerte a una situación o cosa. También es un tipo de miedo que no desaparece. Los niños que tienen una fobia tendrán miedo de algo cada vez que lo vean o experimenten. Los niños que tienen fobias suelen hacer todo lo posible por evitar la situación o cosa que les asusta. Por ejemplo, algunos niños pueden tener fobia a estar en espacios cerrados y les da miedo coger un ascensor.
Los ataques de pánico pueden ser realmente aterradores y pueden hacer que alguien tiemble, sude y respire rápidamente. Algunas personas que sufren ataques de pánico pueden tener dolores en el pecho, sentirse mareadas o sentir que su corazón late con fuerza y no pueden respirar.
Un ataque de pánico puede hacer que un niño piense que va a ocurrir algo horrible, que no puede escapar o que puede perder el control. Algunos niños que sufren ataques de pánico dicen que, cuando los ataques se producen, sienten que no pueden pensar con claridad o que “se están volviendo locos”.