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Fobia a las formas

junio 18, 2022
Fobia a las formas

Tripofobia

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Las fobias son una de las enfermedades mentales más comunes en los Estados Unidos. Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIH), aproximadamente el 12,5% de los adultos de EE.UU. padecerán una fobia específica a lo largo de su vida.  Las mujeres son más propensas a experimentar fobias que los hombres. Los síntomas típicos de las fobias pueden incluir náuseas, temblores, aceleración de los latidos del corazón, sensación de irrealidad y preocupación por el objeto temido.

La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) identifica tres categorías diferentes de fobias: fobias sociales, agorafobia y fobias específicas. Cuando la gente habla de tener fobia a un objeto específico, como serpientes, arañas o agujas, se refiere a una fobia específica.

Lista de fobias

Los estudios epidemiológicos han identificado dos subtipos de fobia social: la fobia social a hablar, que se caracteriza por el miedo a las situaciones de hablar en público, y la fobia social compleja, que se caracteriza por el miedo a múltiples situaciones sociales. La fobia social a hablar en público se corresponde con la “fobia social no generalizada” del DSM-IV, mientras que la fobia social compleja se asemeja a la “fobia social generalizada”. A diferencia de la fobia social a la palabra, la forma compleja suele ser más incapacitante, familiar y duradera. Además, la forma compleja tiene una menor probabilidad de recuperación espontánea y conlleva un mayor riesgo de comorbilidad y deterioro. En general, ambos tipos de fobia social tienden a estar infradiagnosticados e infratratados. Se necesitan tratamientos eficaces que puedan manejar no sólo la fobia social compleja, sino también su espectro de condiciones comórbidas.

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Fobofobia

Los sufijos ingleses -phobia, -phobic, -phobe (del griego φόβος phobos, “miedo”) se utilizan en psiquiatría para construir palabras que describen el miedo irracional, anormal, injustificado, persistente o incapacitante como trastorno mental (p. ej. agorafobia), en química para describir aversiones químicas (por ejemplo, hidrofobia), en biología para describir organismos a los que no les gustan ciertas condiciones (por ejemplo, acidofobia) y en medicina para describir la hipersensibilidad a un estímulo, normalmente sensorial (por ejemplo, fotofobia). En el uso común, también forman palabras que describen la aversión o el odio a una cosa o tema en particular (por ejemplo, homofobia). El sufijo es antónimo de -phil-.

Para más información sobre la vertiente psiquiátrica, incluida la forma en que la psiquiatría agrupa fobias como la agorafobia, la fobia social o la fobia simple, véase fobia. Las siguientes listas incluyen palabras terminadas en -fobia, e incluyen miedos que han adquirido nombres. En algunos casos, la denominación de las fobias se ha convertido en un juego de palabras, siendo un ejemplo notable un artículo humorístico publicado en 1998 por la BBC News.[1] En algunos casos, una palabra terminada en -fobia puede tener un antónimo con el sufijo -phil-, por ejemplo, germanófobo/germanófilo.

Fobia a la pérdida

Una fobia es un miedo incontrolable, irracional y duradero a un determinado objeto, situación o actividad. Este miedo puede ser tan abrumador que una persona puede hacer todo lo posible para evitar la fuente de este miedo. Una respuesta puede ser un ataque de pánico. Se trata de un miedo repentino e intenso que dura varios minutos. Ocurre cuando no hay ningún peligro real.

  Fobia a las ventanas

Alrededor de 19 millones de estadounidenses tienen una o más fobias que van de leves a graves. Las fobias pueden aparecer en la primera infancia. Pero suelen aparecer por primera vez entre los 15 y los 20 años. Afectan por igual a hombres y mujeres. Pero los hombres son más propensos a buscar tratamiento para las fobias.

Las investigaciones sugieren que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al inicio de las fobias. Algunas fobias se han relacionado con un primer encuentro muy malo con el objeto o la situación temida. Los expertos en salud mental no saben si este primer encuentro es necesario o si las fobias pueden simplemente producirse en personas propensas a tenerlas.

Las personas con fobia específica saben que su miedo es extremo. Pero no pueden superarlo. El problema se diagnostica sólo cuando el miedo específico interfiere en las actividades diarias de la escuela, el trabajo o la vida doméstica.

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