Glosofobia
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La acrofobia se define como el miedo a las alturas. A diferencia de una fobia específica como la aerofobia, que es el miedo a volar, la acrofobia puede provocar miedo a una variedad de cosas relacionadas con estar lejos del suelo. Dependiendo de la gravedad de la fobia, puede temer tanto estar en un piso alto de un edificio como simplemente subir una escalera.
Emocional y físicamente, la respuesta a la acrofobia es similar a la respuesta a cualquier otra fobia. Es posible que nunca experimente síntomas de vértigo, pero puede experimentar lo siguiente con la acrofobia:
El mayor peligro que presentan la mayoría de las fobias es el riesgo de limitar su vida y actividades para evitar la situación temida. Sin embargo, la acrofobia es inusual en el sentido de que tener un ataque de pánico mientras se está a gran altura del suelo podría conducir realmente al peligro imaginado.
Nyctophobia
Hay muchas personas en este mundo que tienen miedo a las alturas. No pueden ni pensar en cruzar un puente por encima del río, incluso mirar una foto de una montaña puede desencadenar el miedo y la ansiedad dentro de ellos. ¿Sabe por qué? Porque tienen acrofobia. La acrofobia describe el miedo a las alturas que provoca ansiedad y pánico. Según muchas investigaciones, la acrofobia es una de las fobias más comunes. La palabra acrofobia proviene de la palabra griega para alturas, que es acron, y de la palabra griega para miedo, que es phobos. La persona que padece acrofobia no disfruta de las salidas a los parques de atracciones si éstas incluyen montañas rusas y norias, debido a su fobia a las alturas. Esta fobia a las alturas puede desencadenar síntomas desagradables que hacen que las personas con acrofobia eviten por completo la posibilidad de situaciones de altura.
Según la perspectiva de la psicología evolutiva, los miedos y las fobias son innatos. Es decir, las personas experimentan el miedo a las alturas sin tener contacto directo o indirecto con ellas. Los psicólogos sugieren que las personas que tienen miedo a las alturas son más propensas a escapar de una situación peligrosa o a evitarla por completo. De este modo, es más probable que sobrevivan y se reproduzcan posteriormente, lo que les permite transmitirlo a sus genes. Este miedo se ha transmitido de generación en generación.
Fobias
Muchos de los síntomas de la acrofobia, por utilizar el término técnico, se comparten con otros trastornos de ansiedad. Incluyen síntomas físicos como temblores, sudoración, aceleración del corazón, dificultad para respirar, náuseas y sequedad de boca. Las personas con acrofobia suelen sentir un miedo y una angustia intensos ante las alturas, y tienden a evitarlas. También hay síntomas más exclusivos de la acrofobia, como el vértigo y el deseo de caer de rodillas o agarrarse a algo.
Cierto grado de precaución es común y sensato cuando se trata de las alturas. Muchos animales y bebés humanos muestran una evitación innata de una caída brusca, incluso antes de haber tenido una experiencia real con las alturas. La evolución sostiene que todos nacemos con este miedo porque evitar las alturas nos ayuda a mantenernos a salvo. El problema surge cuando esta inquietud ante las alturas peligrosas empieza a generalizarse a otras situaciones menos arriesgadas y comienza a interferir en la vida cotidiana.
Un miedo intenso a las alturas puede desarrollarse por varias razones. En primer lugar, un acontecimiento traumático o aterrador, como caerse de un árbol o de una escalera. Esto puede desencadenar una fobia a las alturas porque la experiencia angustiosa se asocia con las alturas en los recuerdos de la persona, especialmente en individuos ya predispuestos a sentirse ansiosos. Entonces empiezan a evitar todas las alturas, creyendo que pueden llevar a una experiencia de miedo similar. Cuanto más evitan estas personas las alturas, menos oportunidades tienen de aprender que las alturas son en general seguras, por lo que el miedo permanece y se intensifica.
Prueba de acrofobia
La acrofobia es un miedo o fobia extrema o irracional a las alturas, especialmente cuando no se está particularmente alto. Pertenece a una categoría de fobias específicas, denominadas malestar por el espacio y el movimiento, que comparten tanto causas como opciones de tratamiento similares.
La mayoría de las personas experimentan un grado de miedo natural cuando se exponen a las alturas, conocido como miedo a caer. Por otro lado, se dice que quienes tienen poco miedo a dicha exposición tienen cabeza para las alturas. La cabeza para las alturas es ventajosa para quienes practican el senderismo o la escalada en terrenos montañosos y también en determinados trabajos, como los de los vigilantes de campanario o los mecánicos de turbinas eólicas.
Las personas con acrofobia pueden sufrir un ataque de pánico en lugares altos y agitarse demasiado para bajar con seguridad. Aproximadamente el 2-5% de la población general padece acrofobia, y el número de mujeres afectadas es el doble que el de los hombres[1] El término procede del griego: ἄκρον, ákron, que significa “pico, cumbre, borde” y φόβος, phóbos, “miedo”.
“Vértigo” se utiliza a menudo para describir el miedo a las alturas, pero es más exactamente una sensación de giro que se produce cuando uno no está realmente girando. Puede desencadenarse al mirar hacia abajo desde un lugar alto, al mirar directamente a un lugar alto o a un objeto alto, o incluso al ver pasar algo (por ejemplo, un coche o un pájaro) a gran velocidad, pero esto por sí solo no describe el vértigo. El verdadero vértigo puede ser desencadenado por casi cualquier tipo de movimiento (por ejemplo, ponerse de pie, sentarse, caminar) o cambio de perspectiva visual (por ejemplo, ponerse en cuclillas, subir o bajar escaleras, mirar por la ventana de un coche o tren en movimiento). El vértigo se denomina vértigo de altura cuando la sensación de vértigo es provocada por las alturas.