Efectos psicológicos del miedo
Una fobia es un miedo incontrolable, irracional y duradero a un determinado objeto, situación o actividad. Este miedo puede ser tan abrumador que una persona puede hacer todo lo posible para evitar la fuente de este miedo. Una respuesta puede ser un ataque de pánico. Se trata de un miedo repentino e intenso que dura varios minutos. Ocurre cuando no hay ningún peligro real.
Alrededor de 19 millones de estadounidenses tienen una o más fobias que van de leves a graves. Las fobias pueden aparecer en la primera infancia. Pero suelen aparecer por primera vez entre los 15 y los 20 años. Afectan por igual a hombres y mujeres. Pero los hombres son más propensos a buscar tratamiento para las fobias.
Las investigaciones sugieren que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al inicio de las fobias. Algunas fobias se han relacionado con un primer encuentro muy malo con el objeto o la situación temida. Los expertos en salud mental no saben si este primer encuentro es necesario o si las fobias simplemente se producen en personas propensas a tenerlas.
Las personas con fobia específica saben que su miedo es extremo. Pero no pueden superarlo. El problema se diagnostica sólo cuando el miedo específico interfiere en las actividades diarias de la escuela, el trabajo o la vida doméstica.
Causas de las fobias
Si una fobia se vuelve muy grave, la persona puede organizar su vida en torno a la evitación de lo que le causa ansiedad. Además de restringir su vida cotidiana, puede causar mucha angustia.
Las fobias complejas suelen ser más incapacitantes que las simples. Suelen desarrollarse en la edad adulta y suelen estar asociadas a un miedo o ansiedad muy arraigados a una situación o circunstancia concreta.
Las personas con fobias suelen evitar a propósito el contacto con aquello que les produce miedo y ansiedad. Por ejemplo, alguien con miedo a las arañas (aracnofobia) puede no querer tocar una araña o incluso mirar una foto de una.
No es necesario estar en la situación que te da miedo para experimentar los síntomas del pánico. El cerebro es capaz de crear una reacción ante situaciones temibles incluso cuando no se está realmente en la situación.
La agorafobia suele ser una combinación de varias fobias interconectadas. Por ejemplo, alguien con miedo a salir al exterior o a abandonar su casa puede tener también miedo a quedarse solo (monofobia) o a los lugares donde se siente atrapado (claustrofobia).
Cómo se desarrollan las fobias
Las fobias son miedos provocados por determinadas situaciones que pueden interferir con la capacidad de afrontamiento de una persona o llevarla a mantenerse alejada por completo. Estas situaciones no suelen ser peligrosas o aterradoras, pero las personas con fobias experimentan fuertes sentimientos de ansiedad cuando se encuentran en estos entornos. 1 de cada 10 personas experimentará fobias en algún momento de su vida. Estos individuos pueden estar tranquilos y ser racionales la mayor parte del tiempo, pero se encuentran paralizados por el miedo cuando se enfrentan a una situación concreta.
Las fobias sociales y específicas a veces son hereditarias, lo que demuestra una conexión genética. Algunas personas nacen con una predisposición a la ansiedad, lo que las hace especialmente susceptibles de desarrollar fobias.
Las fobias pueden desarrollarse como respuesta a la presión o tras acontecimientos traumáticos. En otros casos, pueden desarrollarse miedos irracionales sin un desencadenante aparente. Los adultos suelen reconocer que sus miedos son irracionales o excesivos, y esto puede actuar como un factor de aislamiento. Es posible que la persona afectada no hable con sus amigos y familiares sobre un miedo que cree que es tonto.
Fobia ataque de pánico
Las fobias son miedos constantes y excesivos a un objeto o situación que interfieren en la vida de la persona y/o le causan angustia personal. Las fobias se encuentran entre los tipos más comunes de trastornos psiquiátricos, ya que el 11% de la población sufre una fobia en algún momento de su vida, y el 5,5% de la población sufre una fobia en un periodo determinado de 30 días. Muchas personas aprenden a manejar su fobia con dificultades mínimas. Por ejemplo, una persona con fobia a las arañas puede evitar actividades como la acampada, pero por lo demás no nota un trastorno en su vida. Sin embargo, para las fobias que causan una interferencia notable en la vida, existen tratamientos eficaces que tienen éxito hasta en el 90% de los casos.
La mayoría de las personas admiten que tienen miedo a ciertas cosas, como las serpientes, la sangre y/o hablar en público. Podría decirse que algunos miedos son útiles, ya que nos alertan para que podamos prepararnos ante un posible peligro. El miedo a determinados objetos o situaciones se considera una fobia cuando:
En otras palabras, cuando una persona nota que un miedo específico se interpone en sus actividades rutinarias o en su satisfacción vital, entonces es posible que esté sufriendo una fobia. Las fobias suelen agruparse en una de estas cinco categorías: