Tipos de fobia pdf
La montaña rusa vacila durante una fracción de segundo en la cima de su empinada pista tras una larga y lenta subida. Sabe lo que está a punto de suceder, y no hay forma de evitarlo. Es el momento de agarrarse a la barandilla, con las palmas de las manos sudadas y el corazón acelerado, y prepararse para el salvaje descenso.
El miedo es una de las emociones humanas más básicas. Está programado en el sistema nervioso y funciona como un instinto. Desde que somos bebés, estamos equipados con los instintos de supervivencia necesarios para responder con miedo cuando percibimos un peligro o nos sentimos inseguros.
El miedo nos ayuda a protegernos. Nos hace estar alerta ante el peligro y nos prepara para afrontarlo. Sentir miedo es muy natural -y útil- en algunas situaciones. El miedo puede ser como una advertencia, una señal que nos advierte de que debemos tener cuidado.
Cuando percibimos el peligro, el cerebro reacciona al instante, enviando señales que activan el sistema nervioso. Esto provoca respuestas físicas, como una aceleración de los latidos del corazón, una respiración rápida y un aumento de la presión arterial. La sangre bombea a los grupos musculares para preparar el cuerpo para la acción física (como correr o luchar). La piel suda para mantener el cuerpo fresco. Algunas personas pueden notar sensaciones en el estómago, la cabeza, el pecho, las piernas o las manos. Estas sensaciones físicas de miedo pueden ser leves o fuertes.
¿Cuáles son los tres posibles efectos de las fobias?
Una fobia es un miedo incontrolable, irracional y duradero a un determinado objeto, situación o actividad. Este miedo puede ser tan abrumador que una persona puede hacer todo lo posible para evitar la fuente de este miedo. Una respuesta puede ser un ataque de pánico. Se trata de un miedo repentino e intenso que dura varios minutos. Ocurre cuando no hay ningún peligro real.
Alrededor de 19 millones de estadounidenses tienen una o más fobias que van de leves a graves. Las fobias pueden aparecer en la primera infancia. Pero suelen aparecer por primera vez entre los 15 y los 20 años. Afectan por igual a hombres y mujeres. Pero los hombres son más propensos a buscar tratamiento para las fobias.
Las investigaciones sugieren que tanto los factores genéticos como los ambientales contribuyen al inicio de las fobias. Algunas fobias se han relacionado con un primer encuentro muy malo con el objeto o la situación temida. Los expertos en salud mental no saben si este primer encuentro es necesario o si las fobias simplemente se producen en personas propensas a tenerlas.
Las personas con fobia específica saben que su miedo es extremo. Pero no pueden superarlo. El problema se diagnostica sólo cuando el miedo específico interfiere en las actividades diarias de la escuela, el trabajo o la vida doméstica.
Ejemplos de miedo y fobia
Una fobia es un trastorno de ansiedad que se define por un miedo persistente y excesivo a un objeto o situación[1] Las fobias suelen dar lugar a una rápida aparición del miedo y suelen estar presentes durante más de seis meses[1] Las personas afectadas hacen todo lo posible por evitar la situación o el objeto, en un grado mayor que el peligro real que representa[1]. [Si no pueden evitar el objeto o la situación, experimentan una gran angustia[1]. Otros síntomas pueden ser los desmayos, que pueden producirse en la fobia a la sangre o a las lesiones,[1] y los ataques de pánico, que suelen darse en la agorafobia[6]. Alrededor del 75% de las personas con fobias tienen fobias múltiples[1].
Las fobias pueden dividirse en fobias específicas, trastorno de ansiedad social y agorafobia.[1][2] Las fobias específicas se dividen a su vez en ciertos animales, el entorno natural, la sangre o las lesiones y situaciones particulares.[1] Las más comunes son el miedo a las arañas, el miedo a las serpientes y el miedo a las alturas. [7] Las fobias específicas pueden estar causadas por una experiencia negativa con el objeto o la situación en la primera infancia.[1] La fobia social es cuando una persona teme una situación debido a la preocupación de que los demás la juzguen.[1] La agorafobia es un miedo a una situación debido a la percepción de dificultad o incapacidad para escapar.[1]
Miedo irracional
Según los Institutos Nacionales de Salud Mental, entre el 12 y el 13% de los adultos estadounidenses experimentan fobias en algún momento de su vida. Las estadísticas son mucho más elevadas en el caso de los adolescentes, ya que se calcula que el 19% experimenta fobias.
Debido a que una fobia puede impactar negativamente en su calidad de vida, el Dr. Hadi Estakhri en Allied Psychiatry and Mental Health sugiere que nos llame si está experimentando miedos o sentimientos de ansiedad. Ofrecemos tratamientos basados en la evidencia para ayudarle a superar sus fobias.
La fobia es una respuesta a algo que no es una amenaza. Por eso las fobias se llaman a veces miedos irracionales. La respuesta es tan intensa que puede interferir con su capacidad para funcionar o realizar tareas cotidianas. El simple hecho de pensar en el objeto temido puede desencadenar síntomas de ansiedad.
El grado en que la fobia afecta a su vida se denomina deterioro, y éste puede ir de leve a grave. Si tiene una fobia, puede desarrollar una respuesta de miedo aunque no esté frente al objeto. Por ejemplo, si tienes fobia a las multitudes, el mero hecho de pensar en una multitud puede desencadenar temblores o sudores.