Epilepsia nocturna del lóbulo frontal
La forma más útil de diagnosticar el tipo de crisis es un electroencefalograma (EEG). Este registra la actividad eléctrica del cerebro. El EEG puede registrar picos u ondas inusuales en los patrones de actividad eléctrica. Con estos patrones se pueden identificar diferentes tipos de convulsiones.
Cuando un paciente experimenta convulsiones nocturnas, suele ser necesario un estudio del sueño para diagnosticar la enfermedad. El estudio del sueño requiere que el paciente pase la noche en el hospital, donde se puede monitorizar su actividad cerebral durante el sueño.
Se puede utilizar la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC) para ver dónde se producen las crisis en el cerebro. Las exploraciones pueden mostrar tejido cicatricial, tumores o problemas estructurales en el cerebro.
La cirugía puede ser una opción si la medicación no puede controlar las convulsiones. A veces se implanta un estimulador del nervio vago (ENV) y se utiliza junto con la medicación antiepiléptica para reducir las crisis. El ENV es un instrumento que se coloca bajo la piel del pecho. Envía energía eléctrica a través del nervio vago hasta el cuello y hasta el cerebro.
Mioclonía del sueño
Como subconjunto de la epilepsia, las crisis nocturnas amplifican uno de los principales problemas de la epilepsia en general: es menos probable que los episodios sean presenciados directamente que las crisis diurnas, y por lo tanto el diagnóstico y la caracterización son más difíciles. Como problema de sueño, las crisis nocturnas no son benignas, y la interrupción del sueño resultante puede causar somnolencia diurna y dificultad de concentración. En este artículo se exponen tres temas principales sobre las crisis nocturnas: el diagnóstico diferencial (distinguir entre crisis y parasomnias), los efectos de las crisis nocturnas en la estructura del sueño y los síndromes específicos de crisis primaria o exclusivamente nocturnas.
Tratamiento de las mioclonías nocturnas
OBJETIVO: Presentar los hallazgos de una serie de casos de epilepsia nocturna del lóbulo frontal (NFLE), una forma de NFLE que se reporta con poca frecuencia, en contraste con la NFLE familiar (autosómica dominante). Ambas formas de NFLE deben distinguirse de las parasomnias, la epilepsia nocturna del lóbulo temporal y otros trastornos nocturnos.
MÉTODOS: Se evaluaron ocho casos consecutivos de NFLE esporádica en una clínica del sueño de Taiwán. Todos los pacientes fueron sometidos a evaluaciones clínicas, EEGs diurnos de vigilia y de sueño, MRIs cerebrales, y video-polisomnografía nocturna (vPSG) con montaje de convulsiones.
RESULTADOS: Hubo igualdad de género (cuatro hombres y cuatro mujeres); la edad media fue de 18,4 años (rango, 7-41 años). La edad de inicio de la NFLE fue en la pubertad. Los antecedentes premórbidos fueron negativos para cualquier trastorno neurológico, médico o psiquiátrico. Subtipos de NFLE: distonía paroxística nocturna, n=6; excitación paroxística, n=2. En un paciente se encontraron anomalías en la resonancia magnética cerebral con correlación clínica. Los EEG diurnos en vigilia fueron negativos para actividad ictal/interictal en todos los pacientes, pero dos pacientes tuvieron EEG diurnos en sueño con actividad epileptiforme interictal. Durante los estudios vPSG, tres de los ocho pacientes con crisis de NFLE tuvieron actividad EEG epileptiforme concurrente, y dos pacientes tuvieron actividad EEG epileptiforme interictal durante sus estudios vPSG. Ningún caso tuvo una remisión espontánea. El tratamiento anticonvulsivo fue muy eficaz en los ocho casos (>75% de reducción de la frecuencia de las crisis).
Epilepsia mioclónica
Use AdditionalUse Additional HelpCiertas condiciones tienen tanto una etiología subyacente como múltiples manifestaciones del sistema corporal debido a la etiología subyacente. Para estas enfermedades, la CIE-10-CM tiene una convención de codificación que requiere que se secuencie primero la enfermedad subyacente y luego la manifestación. Cuando existe esta combinación, hay una nota de “uso de código adicional” en el código de etiología, y una nota de “código primero” en el código de manifestación. Estas notas instructivas indican el orden correcto de los códigos, la etiología seguida de la manifestación. En la mayoría de los casos los códigos de manifestación tendrán en el título del código, “en enfermedades clasificadas en otra parte”. Los códigos con este título son un componente de la convención etiología/manifestación. El título del código indica que se trata de un código de manifestación. Los códigos “en enfermedades clasificadas en otra parte” nunca pueden utilizarse como códigos de diagnóstico principal o de primera lista. Deben utilizarse junto con un código de enfermedad subyacente y deben figurar a continuación de la enfermedad subyacente.