Tratamiento del dolor de cabeza y los estornudos
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Si tiene migrañas y también estornudos y congestión frecuentes, quizá le sorprenda saber que existe una posible conexión entre el dolor de cabeza y los mocos. Las migrañas son más frecuentes en las personas que padecen alergias y/o rinitis, una enfermedad que provoca síntomas nasales como estornudos y congestión, aunque los expertos no están seguros de la relación entre ambas.
La rinitis es una enfermedad que provoca la inflamación del revestimiento de la cavidad nasal, lo que da lugar a síntomas nasales. Casi todo el mundo la experimenta en algún momento, pero algunas personas la padecen de forma estacional o crónica.
Múltiples estudios han encontrado que la migraña es más común en personas que tienen rinitis y/o alergias. Por ejemplo, un estudio de 2014 en Cephalalgia examinó la posible relación entre las migrañas y la rinitis. En el estudio, de los 6.000 encuestados que declararon tener migrañas, el 67% también tenía rinitis.
Dolor agudo en la cabeza al toser o estornudar
Además de la presión y el dolor en la frente, las mejillas y detrás de los ojos, una cefalea sinusal puede empeorar si te inclinas hacia delante o te acuestas. Estas cefaleas también pueden ir asociadas a un dolor de garganta, fiebre, tos, fatiga u otros síntomas similares a los del resfriado.
Si su dolor de cabeza sinusal no responde a los medicamentos de venta libre, tiene fiebre o el dolor de cabeza persiste durante más de 10 días, debe acudir al médico. El médico le hará un examen físico y le preguntará por sus dolores de cabeza. El médico puede utilizar un endoscopio, que es un tubo pequeño y flexible, para mirar dentro de los senos paranasales. También puede tomar muestras de mucosidad para determinar si existe una infección bacteriana o fúngica. En algunos casos, se utiliza una tomografía computarizada o una resonancia magnética para comprobar si hay otras causas de dolores de cabeza en los senos paranasales.
En muchos casos, se recetan antibióticos para tratar la sinusitis, que suele ser la causa de las cefaleas sinusales. Si el dolor de cabeza se debe a una inflamación o a una alergia, pueden recetarse aerosoles nasales o pastillas de corticoides.
Estornudos y dolor de cabeza por coronavirus
Todo el mundo tose de vez en cuando, ya sea por una garganta irritada o durante un resfriado. En ocasiones, la tos puede provocar un dolor de cabeza, o una incómoda presión en la cabeza. Los otorrinolaringólogos han definido dos tipos de cefaleas por tos, denominadas primarias y secundarias.
Las cefaleas primarias por tos suelen afectar a los mayores de 40 años y suelen durar entre uno y treinta minutos. En raras ocasiones, una cefalea primaria puede durar una o dos horas. Una cefalea primaria se caracteriza por:
Las cefaleas secundarias son más graves que las primarias. Un dolor de cabeza secundario por tos suele durar mucho más tiempo, y a menudo puede seguir sintiéndose varias semanas después de su inicio. Los síntomas de un dolor de cabeza secundario por tos pueden incluir:
Las cefaleas primarias por tos son dolores de cabeza temporales y no causan efectos duraderos, mientras que las secundarias duran más y se consideran graves, ya que suelen indicar un problema subyacente en el cerebro.
Las cefaleas primarias por tos pueden causar dolor de cabeza en un solo lado de la cabeza, o pueden afectar a toda la cabeza. Se cree que las cefaleas primarias por tos son causadas por el aumento repentino de la presión aplicada al abdomen durante la tos. Esta es la misma presión que puede causar un dolor de cabeza después de reír, estornudar o hacer un ejercicio intenso.
Dolor de cabeza por hipertensión
En los pacientes que informan de una cefalea aguda después de estornudar o toser, la rotura de un aneurisma intracraneal es el primer diagnóstico que debe considerarse. Sin embargo, los estornudos también pueden ser un factor desencadenante de ataques de migraña, como se ejemplifica en nuestro caso.
Se discute el diagnóstico diferencial de la cefalea aguda después de estornudar (por ejemplo, hemorragia subaracnoidea y vasoconstricción cerebral reversible), y las diferencias entre la migraña después de estornudar y la “cefalea benigna por tos”. Concluimos que podría existir una asociación fisiopatológica entre la migraña y los estornudos y formulamos una hipótesis sobre los mecanismos subyacentes.