Síntomas de la ansiedad social
Esta sección ofrece información sobre los trastornos de ansiedad. Explica los síntomas, los tratamientos y la forma de controlar un trastorno de ansiedad. Esta sección está dirigida a las personas con trastornos de ansiedad. Y a sus cuidadores, familiares y amigos.
Todos tenemos a veces sentimientos de ansiedad, preocupación y miedo. Pueden ser respuestas normales a determinadas situaciones. Por ejemplo, puede preocuparse por una entrevista de trabajo o por pagar una factura a tiempo. Estos sentimientos pueden hacerte consciente de los riesgos y de lo que debes hacer en una situación difícil o peligrosa. Esta reacción se conoce como “lucha o huida”.
El cerebro responde a una amenaza o peligro liberando hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Aunque el peligro no sea real, estas hormonas provocan los síntomas físicos de la ansiedad. Una vez que la situación amenazante ha cesado, el cuerpo suele volver a la normalidad.
Pero si padeces un trastorno de ansiedad, estas sensaciones de miedo y peligro pueden ser continuas e interrumpir tu rutina diaria mucho después de que la amenaza haya desaparecido. Pueden hacerle sentir que las cosas son peores de lo que realmente son.
Escalofríos de ansiedad
Es normal sentirse ansioso, nervioso o preocupado a veces. Quizá te hayas sentido ansioso cuando has tenido que hablar delante de un grupo. O nervioso antes de una prueba o un examen importante. Tal vez te hayas sentido ansioso cuando no estabas seguro de que tu entorno fuera seguro. O te has preocupado cuando un ser querido estaba enfermo.
Los sentimientos de ansiedad pueden ser incómodos, pero sirven para algo. Te advierten de que algo importante para ti está en juego. Con los sentimientos de ansiedad, puedes pensar: “Tengo que hacerlo bien aquí”. O: “Esto cuenta, prepárate”. O: “Ten cuidado”.
La ansiedad pone en marcha la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Es una liberación normal de hormonas que te ayuda a reunir la concentración y la energía que necesitas para un reto o una posible amenaza. La respuesta de lucha o huida provoca las sensaciones físicas que pueden producirse con la ansiedad.
Por ejemplo, cuando estás ansioso, puedes sentir “mariposas” en el estómago. O puede tener las palmas de las manos sudorosas o temblorosas. Puede que notes la boca un poco seca. O que tienes la cara un poco caliente. Puede sentir que su respiración o sus latidos se aceleran. Con la ansiedad, es posible que sientas una o varias de estas cosas.
Trastorno de ansiedad generalizada
Un poco de ansiedad puede ser útil; por ejemplo, sentirse ansioso antes de un examen puede hacer que esté más alerta y mejore su rendimiento. Pero un exceso de ansiedad puede hacer que te canses y seas incapaz de concentrarte.
Cuando te sientes ansioso o estresado, tu cuerpo libera hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Éstas provocan los síntomas físicos de la ansiedad, como el aumento de la frecuencia cardíaca y de la sudoración.
Un poco de ansiedad está bien, pero la ansiedad a largo plazo puede causar problemas de salud más graves, como la presión arterial alta (hipertensión). También puede ser más probable que desarrolle infecciones. Si te sientes ansioso todo el tiempo o esto afecta a tu vida cotidiana, es posible que padezcas un trastorno de ansiedad o de pánico.
Síntomas musculares de ansiedad
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Todo el mundo pasa por períodos en los que se siente ansioso y preocupado. Después de todo, es una experiencia humana normal. Y tanto si se trata de ataques ocasionales de ansiedad como si se trata de gestionar preocupaciones, dudas y miedos excesivos, disponer de herramientas que le ayuden a calmar su mente y su cuerpo puede reducir la intensidad y la duración de estos sentimientos.
Según la doctora Leela R. Magavi, psiquiatra y directora médica regional de Psiquiatría Comunitaria, la ansiedad y la depresión están entrelazadas y a menudo se agravan mutuamente. Parte de la razón, dijo, es porque los mismos neuroquímicos están implicados en ambas condiciones.
Más concretamente, el doctor Julian Lagoy, psiquiatra de Community Psychiatry, explicó que, dado que la disminución de la serotonina provoca tanto depresión como ansiedad, es habitual que una persona con depresión también se sienta ansiosa al mismo tiempo. Por eso es fundamental reconocer los sentimientos de ansiedad y compartirlos con un experto, especialmente si se ha diagnosticado depresión o se muestran signos de ella.