Ansiedad por la hiperestimulación
Esta sección puede ayudarte si oyes voces, o si conoces a alguien que las oye. Escuchar voces es una experiencia muy común. Oír voces puede ser un síntoma de algunos problemas de salud mental, pero no todas las personas que oyen voces están enfermas. En esta sección se explica cómo puede ser oír voces, por qué puedes oírlas y cómo afrontarlas.
Algunas personas consideran que oír voces es una experiencia positiva. Es posible que las voces te ayuden a comprender mejor tus emociones. Las voces pueden ser alentadoras y reconfortantes. O pueden ser útiles, como recordarte que tienes que hacer cosas.
Es posible que oigas voces negativas y molestas. Pueden amenazarte y decirte que te hagas daño a ti mismo o a otra persona. Pueden decir cosas hirientes o crueles sobre ti o sobre alguien que conoces. Esto puede ser aterrador.
He escuchado voces desde que era joven. Empeoran si estoy preocupada por algo o si ocurre algo malo. Suelo oír la misma voz, pero a veces hay voces que gritan cosas al azar. Me resulta difícil dormir o concentrarme. A veces me ayuda escuchar música o ver la televisión. Durante mucho tiempo no le conté a nadie lo de las voces. Con el paso del tiempo, decidí hablar con la gente sobre las voces. Esto me ayudó a aceptar lo que estaba ocurriendo.
¿La ansiedad puede hacerte creer que oyes voces?
Estrés o preocupación: puede escuchar voces cuando se siente muy estresado, ansioso o preocupado. Duelo: si ha perdido recientemente a alguien muy cercano, puede oírle hablar o sentir que está con usted. Esta experiencia es muy común y algunas personas la encuentran reconfortante.
¿Qué es la fobia a oír voces?
La fonofobia también se denomina ligirofobia. El nombre “Fonofobia” tiene su origen en las palabras griegas que significan sonido y miedo. La fonofobia no es un trastorno auditivo. Los sonidos repentinos e inesperados pueden provocar ataques de ansiedad en una persona que padece fonofobia.
¿Cómo se puede calmar cuando se escuchan voces?
Ignora las voces, bloquéalas o distráelas. Por ejemplo, puedes probar a escuchar música con auriculares, hacer ejercicio, cocinar o tejer. Puede que tengas que probar varias distracciones diferentes para encontrar lo que te funcione. Dales momentos en los que aceptes prestarles atención y otros en los que no.
Alucinaciones sonoras
Las alucinaciones auditivas, visuales, olfativas, gustativas, táctiles, somáticas y verbales pueden ser síntomas de un trastorno de ansiedad, incluidos los ataques de ansiedad y pánico, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social y el trastorno obsesivo-compulsivo.
La ansiedad activa la respuesta al estrés. La respuesta al estrés prepara al cuerpo para una acción de emergencia: luchar o huir, razón por la que esta reacción de supervivencia suele denominarse respuesta de lucha o huida[4][5].
Además, como un alto grado de ansiedad puede ser traumático, algunas personas se disocian de las experiencias traumáticas para protegerse psicológica y emocionalmente. La disociación puede causar muchos síntomas de ansiedad y similares a la ansiedad, incluidas las alucinaciones.
Cuando las respuestas al estrés se producen con demasiada frecuencia, por ejemplo, por un comportamiento excesivamente ansioso, el cuerpo puede llegar a estar crónicamente estresado, lo que llamamos “hiperestimulado”, ya que las hormonas del estrés son potentes estimulantes[7][8].
Las alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas pueden durar desde unos segundos hasta minutos. Las personas que sufren este tipo de alucinaciones suelen ser conscientes de lo que está ocurriendo, pero como la alucinación es tan real, no están seguras de si se trata de un sueño o de la realidad.
Esquizofrenia
Parece haber un tema muy fuerte, común a la mayoría de los enfermos de ansiedad, en torno al miedo a la enfermedad psicótica. En los últimos años he tenido innumerables conversaciones con personas que sufren de ansiedad en el mismo sentido y pensé que era sensato escribir algo al respecto directamente. No obstante, quiero empezar con unas palabras generales de ánimo para los verdaderos enfermos psicóticos que puedan leer esta entrada. Sepan que este contenido está destinado a ayudar a los enfermos de ansiedad a superar una serie de conceptos erróneos en torno a ciertos perfiles de síntomas. No es mi intención alimentar el estigma o el miedo a la enfermedad psicótica.
Para el enfermo de ansiedad, los cambios fisiológicos y emocionales pueden surgir muy rápidamente. Las nuevas sensaciones y las emociones discordantes pueden ser muy inquietantes. Un sistema límbico hipersensible puede crear una lista casi interminable de sensaciones extrañas en el cuerpo, que provocan más ansiedad y, por tanto, más síntomas. Anxietycentre.com enumera más de 100 de los síntomas de ansiedad más comunes, pero ni siquiera éstos son exhaustivos. Uno de los problemas que experimenta una persona con ansiedad no es una pérdida de contacto con la realidad, sino una hiperconciencia de su realidad. Esto significa que incluso los más pequeños cambios en su cuerpo o mente se convierten en una causa de nueva preocupación.
Psicosis
Ansiedad, ataques de pánico, obsesiones y alucinacionesPara algunas personas, la depresión puede ir acompañada de ansiedad y para algunas los síntomas de ansiedad pueden ser más graves que los de su depresión. La depresión y la ansiedad también pueden estar asociadas a sentimientos de pánico y a la experiencia de ataques de pánico, así como a obsesiones o comportamientos obsesivos. Algunas personas con depresión también pueden experimentar alucinaciones, aunque esto es más raro.
Muchos de los jóvenes con los que hablamos experimentaron ansiedad y, para varios, ésta era inseparable de la depresión. Los jóvenes describieron la experiencia de la ansiedad como una “pérdida de control”, “miedo”, “preocupación” y “estrés” continuos, “pánico”, “mente acelerada”, “exceso de análisis” e incapacidad para funcionar. La ansiedad también puede manifestarse de diversas maneras. Para muchos, un ataque de ansiedad o de pánico les hacía hiperventilar, sentirse mareados, desmayados y enfermos, y algunos se desmayaban. Algunas personas también describieron cambios sensoriales, por ejemplo, no poder ver con claridad u oír correctamente durante un ataque de ansiedad agudo. Una mujer describió un ataque de ansiedad como: “(Es) como un campo electromagnético de repente no puedo funcionar”.