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Condicionamiento operante

noviembre 24, 2022
Condicionamiento operante

Aprendizaje instrumental

El adiestramiento con refuerzo positivo consiste en recompensar a su perro por las cosas que hace bien. La recompensa puede ser un juguete, un juego o una golosina, lo que sea que su perro quiera hacer. A algunas personas eso les parece un soborno, no un adiestramiento, y quieren que su perro obedezca sólo porque debe hacerlo. Pero el adiestramiento con refuerzo positivo no es ni un soborno ni un truco. Se basa en la ciencia del aprendizaje animal, y es increíblemente eficaz.

Quizá haya oído hablar de Pavlov y sus perros. Cuando sonaba la campana de la cena, los perros salivaban. Aprendieron a asociar el timbre con la llegada de la comida, por lo que incluso antes de que llegara la comida, babeaban con anticipación. Este fenómeno se conoce como condicionamiento clásico o aprendizaje asociativo. Sucede con su perro todo el tiempo. Por ejemplo, cuando suena el timbre de la puerta, su perro se excita porque espera que haya una visita en la entrada. Ha aprendido a asociar el timbre con las personas que están fuera de la puerta.

Pero el condicionamiento clásico es involuntario. ¿Y todo el adiestramiento activo que realiza con su perro? Ahí es donde entra en juego el condicionamiento operante. También conocido como aprendizaje por ensayo y error, es cuando los perros aprenden a asociar su comportamiento con sus consecuencias. Y los perros aumentan la frecuencia de los comportamientos con consecuencias agradables y disminuyen la frecuencia de los que tienen consecuencias desagradables. Así, si su perro le ladra mientras habla por teléfono y le da un hueso para que se calle, es probable que vuelva a ladrar la próxima vez que atienda una llamada. El hueso fue una consecuencia agradable. O si tu perro molesta al gato y éste le araña la nariz, se lo pensará dos veces antes de molestar al gato en el futuro. El arañazo fue una consecuencia desagradable.

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El condicionamiento operante en España

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El condicionamiento operante, a veces denominado condicionamiento instrumental, es un método de aprendizaje que emplea premios y castigos para el comportamiento. A través del condicionamiento operante, se establece una asociación entre un comportamiento y una consecuencia (ya sea negativa o positiva) para ese comportamiento.

Por ejemplo, cuando las ratas de laboratorio presionan una palanca cuando se enciende una luz verde, reciben una bolita de comida como recompensa. Cuando presionan la palanca cuando la luz roja está encendida, reciben una leve descarga eléctrica. Como resultado, aprenden a pulsar la palanca cuando la luz verde está encendida y a evitar la luz roja.

Pero el condicionamiento operante no es sólo algo que tiene lugar en entornos experimentales al entrenar a animales de laboratorio. También desempeña un papel importante en el aprendizaje cotidiano. El refuerzo y el castigo tienen lugar en entornos naturales todo el tiempo, así como en entornos más estructurados como las aulas o las sesiones de terapia.

Condicionamiento operante frente a condicionamiento clásico

Las aplicaciones del condicionamiento operante en el aula se centran en el comportamiento de los alumnos y en la gestión general del aula. Las tablas de pegatinas son un ejemplo de modificación del comportamiento de los alumnos, que reciben una pegatina por cada comportamiento realizado. Las pegatinas recogidas tienen un premio equivalente, que sirve de refuerzo positivo. A través del condicionamiento, se fomentan los buenos comportamientos y se reducen las malas conductas. La clave para que el condicionamiento operante sea eficaz en el aula es que el refuerzo debe ser relevante y realizarse de forma constante. Los profesores pueden establecer una atmósfera ordenada reforzando los procedimientos de gestión del aula, como levantar la mano, esperar el turno de palabra y seguir las señales manuales o los sonidos.

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Todos estos principios ayudan a crear un conjunto de técnicas para la aplicación más común del condicionamiento operante, la modificación de la conducta.  La modificación de la conducta utiliza técnicas o terapias basadas en el condicionamiento operante que se dirigen a muchos problemas de conducta en entornos como el hogar, la escuela y las instituciones mentales.

Teoría del aprendizaje social

En el condicionamiento clásico, el organismo aprende a asociar nuevos estímulos con respuestas biológicas naturales como la salivación o el miedo. El organismo no aprende algo nuevo, sino que empieza a realizar un comportamiento existente en presencia de una nueva señal. El condicionamiento operante, en cambio, es un aprendizaje que se produce en función de las consecuencias del comportamiento y puede implicar el aprendizaje de nuevas acciones. El condicionamiento operante se produce cuando un perro se da la vuelta cuando se le ordena porque se le ha elogiado por hacerlo en el pasado, cuando un matón en la escuela amenaza a sus compañeros porque hacerlo le permite salirse con la suya, y cuando una niña saca buenas notas porque sus padres la amenazan con castigarla si no lo hace. En el condicionamiento operante el organismo aprende de las consecuencias de sus propias acciones.

El psicólogo Edward L. Thorndike (1874-1949) fue el primer científico que estudió sistemáticamente el condicionamiento operante. En su investigación, Thorndike (1898) observó a gatos que habían sido colocados en una “caja rompecabezas” de la que intentaban escapar (“Videoclip: La caja rompecabezas de Thorndike”). Al principio, los gatos arañaban, mordían y golpeaban al azar, sin saber cómo salir. Pero finalmente, y de forma accidental, pulsaron la palanca que abría la puerta y salieron hacia su premio, un trozo de pescado. La siguiente vez que el gato se vio limitado dentro de la caja, intentó menos respuestas ineficaces antes de llevar a cabo la huida con éxito, y tras varios ensayos el gato aprendió a dar casi inmediatamente la respuesta correcta.

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