Empatía
La inteligencia emocional es un marco que ambos utilizamos activamente en nuestro coaching, y hemos notado un patrón a lo largo del tiempo que muchos clientes parecen utilizar en exceso o en defecto la empatía o la asertividad y rara vez tienen un uso equilibrado de ambas. En un ejemplo reciente, una ejecutiva de una empresa de éxito se puso en contacto con Kelley después de que su supervisor, otra ejecutiva, le dijera que tenía que ser menos empática para ser eficaz y le sugiriera que podía ser más como su colega masculino. Kelley le preguntó: “¿Crees que te beneficiaría liderar más como tu colega masculino?”. Su nueva clienta respondió: “no, es un imbécil”. De hecho, no necesitaba ser menos empática, sino que necesitaba desarrollar más su asertividad para equilibrar su empatía, lo que le permitía gestionar con éxito a sus subordinados directos y cumplir los objetivos organizativos del departamento.
¿Por qué cuando pedimos a la gente que describa la empatía, las descripciones que ofrecen no reflejan la definición real de la palabra? Tal vez sea porque muchos de nosotros hemos experimentado la empatía de forma desequilibrada: un colega inmerso en la experiencia emocional de otro o, por el contrario, completamente distanciado. Para ser claros, la empatía se define como nuestra capacidad para reconocer, comprender y apreciar cómo se sienten los demás y generar una respuesta conductual adecuada. Las expresiones saludables de empatía no benefician a una persona en detrimento de la otra.
Escalada de asertividad
La empatía se define como la acción de comprender, ser consciente, ser sensible y experimentar indirectamente los sentimientos, los pensamientos y la experiencia de otra persona, ya sea del pasado o del presente, sin que los sentimientos, los pensamientos y la experiencia se comuniquen plenamente de manera objetivamente explícita. En otras palabras, la empatía es la capacidad de compartir las experiencias, percepciones y emociones de otra persona.
Ser empático con los demás es todo un arte. Esto se debe a que se necesita una gran compasión para que otra persona se aleje voluntariamente de sus propias percepciones personales del mundo, dejando esencialmente de lado su ego, lo suficiente como para entrar en las percepciones del mundo de otra persona, que incluyen niveles emocionales, niveles físicos y niveles intelectuales. La voluntad de hacer esto, así como la capacidad real de hacerlo, requieren una gran convicción, porque entonces se pide a la persona que empatiza que se abra a una forma totalmente nueva de ver el mundo, a través de los ojos de otra persona.
Significado de la empatía
La asertividad es una forma sana de comunicarse. Es la capacidad de hablar por nosotros mismos de forma honesta y respetuosa. Todos los días nos encontramos en situaciones en las que ser asertivos puede ayudarnos, como pedirle a alguien una cita, dirigirnos a un profesor con una pregunta o hacer un buen papel en una entrevista de trabajo o de la universidad.
Ser asertivo no es algo natural para todo el mundo. Algunas personas se comunican de forma demasiado pasiva. Otras tienen un estilo demasiado agresivo. El estilo asertivo es el término medio entre ambos.
Las personas asertivas tienden a hacer amigos con más facilidad. Se comunican de forma que respetan las necesidades de los demás y las suyas propias. Suelen resolver mejor los conflictos y desacuerdos. Las personas que dan respeto reciben respeto a cambio.
Paula tiene un estilo demasiado pasivo. Si le preguntas a Paula qué película quiere ver, lo más probable es que te diga: “No sé, ¿qué quieres ver?”. Suele dejar que los demás decidan las cosas, pero luego se arrepiente de no haber dicho lo que quería. Le molesta que sus amigos sean los que más hablan. Pero cuando Paula intenta intervenir en la conversación, habla tan bajo que los demás hablan por encima de ella sin darse cuenta.
Asertividad empática online
Los líderes de éxito muestran habilidades que pueden parecer naturales y fáciles, pero que son realmente el resultado de prestar mucha atención y ser receptivos a todo el entorno. Para ello, aprenden a ser emocionalmente competentes y a emplear un complejo conjunto de habilidades que pueden parecer innatas, pero que en realidad son el resultado de la voluntad de trabajar, aprender y mejorar. Los líderes suelen creer que su inteligencia cognitiva es el umbral de su éxito, y es cierto que necesitan un coeficiente intelectual sólido y una buena educación para entrar en el mercado y mantenerse al día en los avances técnicos y profesionales. Para superar ese umbral necesitan ser hábiles en las relaciones, influir y dirigir eficazmente al personal y a los equipos.
“un conjunto de habilidades emocionales y sociales que influyen en la forma en que percibimos y nos expresamos, desarrollamos y mantenemos relaciones sociales, afrontamos los retos y utilizamos la información emocional de forma eficaz y significativa”.
El uso ingenioso de estas cuatro habilidades crea un entorno resiliente y está bien respaldado por el uso del EQ-i2.0 con los líderes. También encontramos un valor considerable al medir las habilidades del equipo con el Team Emotional and Social Intelligence Survey®. Juntas, estas dos evaluaciones presentan una imagen poderosa que apoya el desarrollo de las capacidades de liderazgo.