Ejemplos de síndrome de Hubris
IntroducciónHace más de una década, David Owen y Jonathan Davidson [1] propusieron un nuevo tipo de trastorno de la personalidad, que podrían adquirir los líderes políticos de éxito precisamente a causa de su éxito: el síndrome de hubris (HS). Desde entonces, ha surgido la idea de que determinados rasgos del habla de los líderes políticos y empresariales no sólo pueden informar de lo mimados que están por el poder, sino que podrían utilizarse como biomarcadores lingüísticos con valor diagnóstico [1-6]. El presente trabajo se propone identificar a los individuos afectados por la HS entre los primeros ministros húngaros (PMs) basándose en los marcadores lingüísticos expresados en su discurso espontáneo.
Se ha sugerido que el exceso de confianza y la sensación de invulnerabilidad que se observan en el comportamiento de liderazgo, descrito originalmente en las finanzas conductuales como hipótesis de la hubris [7], conducen a decisiones desventajosas y a juicios erróneos o incluso a un comportamiento poco ético [8-11], aunque recientemente se han señalado algunas consecuencias positivas [12]. El comportamiento hubristico de los líderes políticos se ha puesto en el punto de mira con el reciente auge del populismo [13, 14]. Basándose en el patrón de comportamiento y en el historial médico de los políticos, se ha conceptualizado el hecho de estar mimado por el poder como un trastorno de personalidad adquirido debido a una experiencia sostenida de poder excesivo [1, 2]. Owen y Davidson [1] describieron la HS en términos médicos como un trastorno con catorce criterios diagnósticos que incluyen el comportamiento verbal, el estilo de hablar y la elección de palabras. Sin embargo, la HS podría ser más parecida a un rasgo de la personalidad que a un trastorno de la personalidad, ya que suele aparecer más tarde en la vida como consecuencia de una posición de poder y durante la misma [15].
Pronunciación del síndrome de Hubris
¿Pueden las presiones de los altos cargos políticos desencadenar enfermedades mentales en presidentes y primeros ministros? Según el neurocientífico británico Richard Owen y el profesor de psiquiatría Jonathan Davidson, la respuesta es sí.
Sin embargo, diferencian este trastorno psiquiátrico de otras formas de enfermedades mentales, porque la persona afectada no lo habría desarrollado si no hubiera sido elevada al más alto cargo político de su país. Owen y Davidson lo llaman “síndrome de arrogancia” y lo explican como “un trastorno de personalidad adquirido”. Este trastorno está estrechamente ligado al poder político.
En mayo de 2009, tras examinar las historias y el estilo de liderazgo de decenas de presidentes y primeros ministros estadounidenses y británicos, Owen y Davidson publicaron un estudio. En él se proponía la exploración de un trastorno causado únicamente por la dinámica del poder político.
El estudio generó interés. Pero unos años más tarde, atrajo mucha más atención cuando las acciones y la retórica de bastantes primeros ministros y presidentes recién elegidos en todo el mundo empezaron a ser descritas como extrañas, e incluso irracionales. Entre ellos se encontraban los jefes de Estado y de Gobierno de Polonia, Hungría, Estados Unidos, Brasil, Tanzania, India, Pakistán, etc.
Síndrome de Hubris wikipedia
El síndrome de hubris está asociado al poder, siendo más probable que se manifieste cuanto más tiempo ejerza la persona el poder y cuanto mayor sea el poder que ejerza. Es un síndrome que no debe aplicarse a ninguna persona con enfermedad mental o daño cerebral existente. Por lo general, los síntomas disminuyen cuando la persona deja de ejercer el poder. Es menos probable que se desarrolle en personas que conservan una modestia personal, permanecen abiertas a la crítica, tienen un grado de cinismo o un sentido del humor bien desarrollado. Cuatro jefes de gobierno de los últimos 100 años han desarrollado el síndrome de la arrogancia: David Lloyd George, Margaret Thatcher, George W Bush y Tony Blair.
Síndrome de Hubris
Sin embargo, muchos líderes y directores generales de alto rendimiento van más allá y consiguen que sus empresas crezcan gracias a su visión, su encanto, su capacidad de persuasión y su voluntad de asumir riesgos. Cumplen con estas cualidades para que la empresa avance.
El síndrome de arrogancia en los líderes puede verse de muchas formas. Culpan a los demás cuando las cosas van mal, microgestionan a su personal pensando que nadie puede hacer el trabajo mejor que ellos, no tienen en cuenta los comentarios y se ofenden cuando alguien no está de acuerdo, y hacen caso omiso de los valores y las normas de la empresa pensando que no se aplican a ellos.
Los líderes arrogantes también tienden a desmoralizar y restar poder a sus equipos, lo que puede llevar a la desvinculación y al abandono de sus mejores empleados. No controlar la arrogancia puede ser destructivo para las carreras y el crecimiento general de la empresa.
El síndrome de hubris deriva de la palabra griega hybris, que significa orgullo excesivo y desafío a los dioses en la tragedia griega. A menudo desencadenado por la adquisición de poder, el hubris se atribuye a los héroes griegos caídos, Edipo y Aquiles, cuyo orgullo y autoglorificación acabaron provocando su propia caída.