Escopofobia
Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.
La escoptofobia, también conocida como escopofobia, es el miedo a ser mirado fijamente. Su gravedad varía de una persona a otra. Algunas personas sólo tienen miedo cuando un desconocido les mira fijamente durante un largo periodo de tiempo, mientras que otras temen incluso el contacto visual con un amigo. La escoptofobia suele ir asociada, aunque no siempre, a otras fobias sociales. Si no se trata, el miedo puede empeorar con el tiempo.
La escoptofobia es una fobia específica, pero puede estar relacionada con la fobia social. La mayoría de las personas con este miedo también sufren otros síntomas de fobia social relacionados, como el miedo escénico o el miedo a hablar en público.
Algunas personas con determinadas enfermedades desarrollan escoptofobia porque creen que el hecho de que les miren fijamente puede desencadenar un episodio, o porque temen que al tener un episodio la gente les mire fijamente. La epilepsia, el síndrome de Tourette y algunos trastornos del movimiento son algunas de las enfermedades que pueden aumentar el riesgo de padecer escoptofobia. Las personas con enfermedades o lesiones desfigurantes también pueden ser más propensas a desarrollar esta fobia.
Ansiedad por el contacto visual
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La escoptofobia, también conocida como escopofobia, es el miedo a ser mirado fijamente. Su gravedad varía de una persona a otra. Algunas personas sólo tienen miedo cuando un desconocido les mira fijamente durante un largo periodo de tiempo, mientras que otras temen incluso el contacto visual con un amigo. La escoptofobia suele ir asociada, aunque no siempre, a otras fobias sociales. Si no se trata, el miedo puede empeorar con el tiempo.
La escoptofobia es una fobia específica, pero puede estar relacionada con la fobia social. La mayoría de las personas con este miedo también sufren otros síntomas de fobia social relacionados, como el miedo escénico o el miedo a hablar en público.
Algunas personas con determinadas enfermedades desarrollan escoptofobia porque creen que el hecho de que les miren fijamente puede desencadenar un episodio, o porque temen que al tener un episodio la gente les mire fijamente. La epilepsia, el síndrome de Tourette y algunos trastornos del movimiento son algunas de las enfermedades que pueden aumentar el riesgo de padecer escoptofobia. Las personas con enfermedades o lesiones desfigurantes también pueden ser más propensas a desarrollar esta fobia.
Lista de fobias
La ometafobia es el miedo irracional a los ojos. Las personas que padecen esta afección pueden experimentar una gran ansiedad por el mero hecho de pensar en los ojos, por no hablar de verlos realmente. De hecho, su ansiedad puede ser tan intensa que incluso puede sufrir un ataque de pánico completo como resultado de ello. Aunque tal afluencia de ansiedad no siempre será el caso de todos los que sufren de ommetafobia, es muy plausible que ocurra de todos modos.
Alguien que experimenta un ataque de pánico completo como resultado de su ommetafobia puede esperar tener un aumento de la frecuencia cardíaca, un aumento de la frecuencia de la respiración, la presión arterial más alta, la tensión muscular, temblores y sudoración excesiva, entre varios otros síntomas. Aunque los ataques de pánico no siempre son el caso de todas las personas que experimentan síntomas de ommetafobia, es posible que se produzcan, especialmente si sus síntomas son muy graves.
Las personas que padecen ommetafobia pueden evitar lo que temen. Pueden llevar esto al extremo asegurándose de que no pueden exponerse a los ojos de ninguna manera. Por ejemplo, una persona con esta afección puede negarse a mirar a los ojos a las personas cuando habla con ellas. Esta preocupación excesiva y los pensamientos irracionales son probablemente una de las principales causas de su angustia mental.
Fobia a la pérdida
Muchas investigaciones han estudiado la atención selectiva que describe la ansiedad social para concebir la arquitectura del procesamiento de la información en el trastorno de ansiedad social (TAS). Los modelos teóricos más populares del TAS son el modelo cognitivo de Clark y Wells (1995) y el modelo cognitivo-conductual de Rapee y Heimberg (1997). Ambos modelos comprenden sesgos en el procesamiento de la información que desarrollan y/o mantienen el TAS e implican la importancia de la atención selectiva (por ejemplo, vigilancia, evitación) en la ansiedad social (Schofield et al., 2012).
Clark y Wells (1995) sugieren que los factores centrales del procesamiento de la información en el TAS incluyen el aumento de la atención autofocalizada, la conducta de seguridad y el procesamiento problemático anticipatorio y posterior. Por ejemplo, evitar la atención hacia los estímulos temidos durante las interacciones sociales sirve como conducta de seguridad para regular la angustia interna (p. ej., reducir el contacto visual), para evitar las situaciones negativas temidas (p. ej., las evaluaciones), y/o para evitar la valoración social temida real o percibida de los demás como un intento de autorregulación. En consecuencia, la evitación atencional consciente de los estímulos temidos más destacados está activa durante las evaluaciones sociales y se supone que mantiene el TAS.